Bombo, botes de humo y "ganas de Sporting": así se cuece un recibimiento en El Molinón

Es habitual en el fútbol encontrar imágenes de aficiones concentradas en torno a los campos para recibir a su equipo antes de afrontar partidos importantes, como la previa de una final o el desenlace de una temporada. Lo menos frecuente es que este acto se repita durante las siete primeras jornadas de liga de un conjunto de Segunda División. Eso le está sucediendo al Sporting y de eso sabe mucho la peña Los Guajes. Esta peña sportinguista es una de las impulsoras de los multitudinarios recibimientos que está recibiendo el equipo rojiblanco en este inicio liguero. LA NUEVA ESPAÑA se cita con ellos para conocer los primeros pasos de algo que es ya una de las claves de que el conjunto gijonés siga sin conocer la derrota en casa.

"Todo empezó por una idea de la Grada de Animación, que compartió con Unipes y con nosotros. Luego, hemos intentado vertebrarlo, animando e intentando sumar a todo el sportinguismo", cuenta Juanma Castañón, el presidente de este colectivo nacido en Gijón y con medio centenar de socios. A la primera jornada en casa le siguieron otras seis, y ni el hecho de que la previa del partido ante el Espanyol coincidiera con la disputa de un Barcelona-Madrid evitó que centenares de seguidores vieran llegar al equipo. "Hacía años que no se respiraba tanta ilusión. Hay ganas de Sporting. No es ir segundos, es otra cosa. Hasta las derrotas son diferentes", cuentan quienes sólo han visto perder a su equipo lejos de El Molinón.

En cada recibimiento, la peña Los Guajes asegura que se deja "la voz y la pasta". Miguel Ruiz, "Maiki", se encarga de llevar "diez o catorce botes de humo, dependiendo de la disponibilidad". Se abren a la llegada del autocar y son los causantes de que todo se tiña de rojo. Cada uno de esos botes cuesta diez euros y los mejores "los venden en Olloniego". Los gastos corren del bolsillo de todos, la mayoría "gente humilde", como recalcan. Entre ellos hay profesores de inglés, responsables de mantenimiento, pintores industriales, y "un abogado, por si nos metemos en un lío", bromean. "A mí me toca el bombo", añade Juanma Castañón, "el presi", quien intenta que el ritmo de los cánticos sea continuo. El resto, bufandas, camisetas, banderas y "mucha ilusión". "No hay más secreto", resumen.

¿Qué ha hecho tan popular a esta peña? "Pues la forma de animar. Son gente joven (la media está en poco más de 30 años), generan buen ambiente y presta cómo lo viven", cuentan Andrea Escribano y Andrea Casado. Ellas son dos de las últimas en sumarse a este colectivo, "concretamente después de la visita a Santander", tras un tiempo siguiéndoles. El hecho de estar presentes en muchos desplazamientos, (este año estuvieron en Valladolid, Ferrol, Oviedo, Alcorcón y Guijuelo, además de El Sardinero, con protagonismo especial en El Cañadío), les ha ayudado a ser más conocidos.

El nombre de la peña es un guiño al año de su fundación y al sueño que juntos comparten. "Dedicimos crear la peña en un viaje a Ponferrada, a primeros de 2015, la temporada que acabó en el último ascenso a Primera, sí, el de Los Guajes", cuenta Hugo Hermida, uno de los que echó a andar, junto a su mujer Sandra García, el proyecto. Son también los padres de Yoel, quien a sus cinco años vive tan intensamente el Sporting como ellos. "Las peñas no son eso que repiten muchos de viajar y comer pulpo. Nosotros somos sportinguismo, gente activa, con ganas de animar a su equipo", añade Juanma. ¿Este año será como el de los Guajes? "Oye, que ahora hablar de ascenso son palabras mayores", contesta Sergio González, otro de los miembros de la peña. "Llevábamos años mendigando en Segunda y ahora esto es otra cosa. ¿Si vamos a seguir haciendo recibimientos? Cuando a la afición le das, te responde con más", concluyen Los Guajes, pura pasión sportinguista.

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