"Esto demuestra cómo está el Sporting". Darío Allegue y Diego Vallina apuran un bocata mientras alucinan al ver bajar de un autocar a cuarenta sportinguistas. Son los miembros de la peña El Cruce de Llanera, que acaban de completar ruta. Salieron de El Molinón a la una de la madrugada y falta poco más de una hora para el inicio del partido cuando empiezan a acceder al Cartagonova. No acaba ahí. Estarán hasta el martes en Cartagena y el miércoles, a Salamanca para el partido de Copa ante Unionistas. "Después de las primeras diez horas de autocar, a ver si ganan", dice una de sus componentes. Darío y Diego también tienen su historia. Ellos, a su manera, también han cruzado media España. "Cuando la cosa va bien, se comenten estas locuras", resumen.
Darío Allegue y Diego Vallina son dos gijoneses licenciados en Químicas a los que el trabajo alejó a miles de kilómetros. Darío trabaja como químico en Santiago de Compostela. Diego está haciendo el doctorado en la Universidad de Málaga. Una llamada, un avión de Santiago al aeropuerto de la capital de la Costa del Sol y desde ahí, en coche juntos al Cartagonova. "Unas cuatro horitas, pero merece la pena", cuentan. "Se está recuperando la ilusión del año de Preciado", dice Darío. "Ojalá dé para estar ahí a final de temporada", responde Diego.
En los aledaños del Cartagonova, un montón de historias de sportinguistas en el exilio. Algunos, aficionados al equipo a partir de un flechazo por televisión. Eso le pasó a Tomás Marín, de Almoradí, en la década de los 80, con los Quini, Ferrero y Joaquín. Ahora, sus hijos Alberto y Pablo, y su mujer Esther intentan estar en todos los partidos de los rojiblancos que les quedan "a mano". "Hay que animar aunque el equipo vaya último, así que, imagínese ahora", explican.
Más curioso fue el flechazo de Borja Santa, de 33 años y natural de Alcoy. De niño vio por televisión "un jugador del Sporting que se parecía mucho a mi padre, y desde entonces dije: éste tiene que ser mi equipo". El jugador en cuestión era Abelardo. "Tienen hasta la misma forma de caminar", añade, entre risas. "Además, es fácil ser del Sporting. Solo con el ambiente que se respira entre la afición en cada desplazamiento, ya te sumas", continúa ante la mirada de Enzo y Xavi, sus hijos. "Xavi tiraba un poco para el Barcelona, pero en cuanto vino a un partido del Sporting, ya se le pasó", cuenta ante el rubor del niño.
Otra bonita historia es la del gijonés Francisco Rodríguez, que lleva ya media vida afincado en Cartagena por motivos de trabajo. Allí formó familia y ahora su mujer, Esther Tenza, natural de Orihuela, y su hija Julia son "tan sportinguistas como él". "Hassan es una máquina y Gaspar está genial. Todos deseamos que este año sea el del ascenso, pero partido a partido", sentencian. No faltaron en Cartagena fijos como Roberto Narváez, "Milinko", o el grupo "Latimos juntos", formado por Pintoria, Javi Otero, Julián Blanco y Ángel Rey, muy viajeros. También estuvieron los murcianos Antonio López y Ana Serrano, quienes también estarán en Copa. "Buscamos entrada, por si a alguien le queda alguna", deslizan. En el día de hoy habrá más. La peña El Cruce celebrará una comida de confraternización con la Federación de Peñas del Cartagena. La Mareona da para mucho.