La contracrónica del Tenerife-Sporting: un triunfo de habilidad, el momento Queipo y un equipo que apenas pierde

El Sporting se reencuentra con la victoria en un partido de detalles y de reencuentro con la pegada

Queipo celebra el gol de la victoria.

Queipo celebra el gol de la victoria. / Área 11

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Un triunfo de habilidad: gol psicológico y en la recta final

El fin de la mala racha del Sporting llegó como suele pasar en la mayoría de los casos: cuando los detalles se ponen de cara. La falta de pegada desapareció en Tenerife, una isla tradicionalmente que dejaba malas sensaciones, pero que ha sido un "Seguro de gol", jugando con aquel mítico anunció de "Tenerife, seguro de sol". Porque en la isla el conjunto rojiblanco se reencontró con la victoria, después de cinco jornadas sin hacerlo, con decisiones arbitrales discutidas o de toparse con los palos por ejemplo. Y no fue una tarde plácida. Le tocó al Sporting enfudarse el mono de trabajo, y tocado en el orgullo, aprovechó los momentos claves para poner el partido de cara. El empate llegó cuando más le duele al rival, con un zapatazo de Otero en los últimos segundos de la primera parte, que se coló tras pegar en Gaspar. Un gol psicológico, que permitió afrontar de menor manera la segunda mitad, en la que poco a poco el Sporting fue pisando más el área rival, hasta encontrarse con la pegada, con una gran acción en la que Queipo recibió el balómn de Djuka, recortó un par de veces, y tiró bien ajustado al palo. Alegría y exaltación en el banquillo del Sporting. No era para menos, porque tras conseguir solo 4 puntos de 15 en juego, pese a mantener una buena propuesta de juego, esa falta de gol parecía un lastre que podía chafar un año en el que hay muchas esperanzas depositadas. De tres en tres, con pegada, la llama de la ilusión sigue muy viva.

El camino hacia el éxito: puntura de forma habitual

El ejemplo lo marca el Sporting del último ascenso: dos derrotas en toda la temporada. Números muy difíciles de igualar, pero a los que este año intenta aproximarse el conjunto de Miguel Ángel Ramírez. En toda la primera vuelta apenas encajó el Sporting cuatro derrotas. Y dos de ellas sucedieron en el tramo de las tres primeras jornadas. La tercera llegó en Santander, en la décima jornada. Y desde entonces en Liga los rojiblancos llevan perdido solo un partido de trece disputados. De ahí que hayan dolido los cuatro empates seguidos el últimos mes, cuando en todos esos partidos hubo opciones de ganar. Esa esa la nota positiva de un equipo en el que se puede creer, que es capaz de remontar en Tenerife, puntuar de forma habitual, y al que un empate se le queda corto.

Queipo, dos tantos sobre la bocina que han dado dos triunfos de oro

Es el segundo curso de Queipo en el primer equipo. El canterano, un extremo al que dio la alternativa Abelardo al comienzo de la pasada campaña, se ha visto relegado a un papel secundario este curso, pero a la vez decisivo. Lastrado en varias fases por las lesiones, ahora Queipo, que luce el 9 a la espalda, quiere presentarse como una alternativa principal y pelear por hacerse con un hueco en el once. Un futbolista que pese a su juventud muestra síntomas de mucha madurez en el campo. Como sucedió en las acciones de sus dos goles de este curso, que sirvieron para conseguir en los últimos instantes dos triunfos de oro. Ante el Burgos en la cuarta jornada marcó en el octavo minuto de la prolongación, con algo de fortuna. En Tenerife, en este último partido, tuvo la sangre fría para controlar y buscar el recoveco perfecto para tirar ajustado y dar una nueva victoria rojiblanca.

Tres puntos mágicos antes de una cuesta de aúpa

Pasó el Sporting por noviembre, con un escaso botín, ante rivales de la zona baja. Salvó en el cierre de año la trampa ante varios gallos, con pleno de empates. Y ahora, cuando la competición se aprieta, los rojiblancos reviven con un importante triunfo en Tenerife, que dan un chute de energía para poder pelear por situarse en zona de ascenso a la vera del Leganés. El calendario no da tregua. Partidazo para empezar ante el Racing de Ferrol en casa, visita después a Zaragoza, y dos duelos más en El Molinón ante Oviedo y Valladolid. El fortín, clave para un momento determinante.

Pablo García, regreso al once con sombras y luces, en el también retorno de Cali

Le tocó descansar a Cote. No es habitual que Ramírez apueste por rotar con el de Roces. Le cuesta incluso cambiarle aunque esté tieso en las segundas partes. En Tenerife Pablo García salío de inicio, para darle también refresco a una pieza clave. Y el canterano en esta ocasión vivió con luces y sombras su regreso. No le falta profundidad, uno de sus grandes fuertes, junto a su físico. Su presencia en ataque es constante. Pero le sigue faltando más contundencia en defensa. Pudo hacer más en el gol del Tenerife, cuando su marca se anticipó. Porque no hay que olvidarlo, para una lateral, la prioridad antes del ataque siempre es su firmeza defensiva. La otra novedad en el once respecto al empate ante el Huesca de la pasada jornada fue la vuelta a la zaga de Cali Izquierdoz por Diego Sánchez, pese a su gran partido frente al Huesca.

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