El derbi planeado por Ramírez para el Sporting: un doble mensaje, un pique y la versión más "cholista"

El canario, invicto en sus tres enfrentamientos ante el Oviedo, refuerza la candidatura rojiblanca en la semana de mayores dudas

Miguel Ángel Ramírez, con la sudadera del club que homenajea a Ablanedo, tras la victoria ante el Oviedo en El Molinón.

Miguel Ángel Ramírez, con la sudadera del club que homenajea a Ablanedo, tras la victoria ante el Oviedo en El Molinón. / RSG

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Fue tras caer en Zaragoza en el peor partido de la temporada (3-0) y encadenar, por primera vez, dos derrotas consecutivas, y el mismo día que Yáñez dejó frío al sportinguismo por su lesión de rodilla y José Ángel se cansó de dar puñetazos al césped tras ver la quinta amarilla. Ahí fue donde Miguel Ángel Ramírez empezó a ganar el derbi con una frase en rueda de prensa: "Nos viene el mejor partido en el mejor momento". Ni una sombra de duda, ni rastro del miedo que amenazaba con alargar la racha de nueve encuentros sin conocer la victoria ante el Oviedo. "Si alguno es favorito, somos nosotros. Jugamos con 25.000 más", añadió, días después, cuando restaban poco más de 24 horas para recibir al conjunto azul. Dos mensajes, un pique con Nacho Méndez y su versión más "cholista" acabó por romper con cinco años de espera entre el sportinguismo.

El derbi planeado por Miguel Ángel Ramírez

El derbi planeado por Miguel Ángel Ramírez / Ángel CabranesÁ. C.

El pesimismo empezaba a enfriar el derbi para el Sporting. Lo detectó desde el primer minuto Miguel Ángel Ramírez. Por un lado tocaba blindar al vestuario de cualquier sombra de duda. Por otro, mantener la implicación de un sportinguismo entregado al equipo esta temporada. De puertas para adentro, el entrenador rojiblanco trabajó con un giro táctico y perseveró en lo de semanas anteriores. La novedad de Villalba, por detrás de Djuka, centró los cambios en el once. Entre las rutinas adquiridas de ocasiones anteriores, una acabaría siendo clave para decidir el duelo ante el Oviedo. Llevaba semanas retando a Nacho Méndez a mejorar sus números goleadores.

Nacho Méndez recogió el guante. Había empezado a quedarse, tras los entrenamientos, a trabajar en su disparo a portería. Lo confesó el canario después del encuentro ante los carbayones, dándole sentido práctico a lo extraordinario de un gol que fácilmente puede convertirse en el mejor de esta temporada en El Molinón. Cuando Jimmy despejó hacia la frontal, Nacho y Ramírez lo vieron claro. El resto solo pudo abrir la boca y aplaudir. Si a partir de ahí se conseguía neutralizar los centros al área del conjunto azul y apagar la estrella de Colombatto, buena parte del plan estaba encarrillado. El otro lo jugaba El Molinón.

Hacer que el público no dejara ni un minuto de apretar, que las dudas de la semana no acabaran reduciendo los decibelios, era otro de los desafíos. Ya en el espectacular recibimiento brindado al autocar del equipo y organizado por la grada de animación y la peña Los Guajes, dieron poco lugar a la duda. Lo comprobó el equipo y lo grabó, en primera fila del autocar, Jonathan Varane. Ya con todo en juego, pocas veces se ha visto al entrenador del Sporting en una versión tan intensa, tan llevada al máximo en lo emocional. No fue fruto de la evolución del encuentro. Se mostró así a las primeras de cambio.

No iba un minuto de juego, cuando el canario sacó su lado "Cholo" Simeone. El de aprovechar cada interrupción para subir los brazos y pedir al público de El Molinón más apoyo, más ruido, más fórmulas de mostrar al rival que el municipal gijonés había permanecido invicto más de una vuelta por muchos motivos. Entre ellos, la magia de un público entregado de principio a fin. Desde la llegada del autocar, hasta los días en los que se puntuó en el último minuto, como durante los encuentros ante el Burgos, el Tenerife o el Zaragoza. Lo siguiente fue ver cómo el marcador ponía por delante a los rojiblancos. Un gol que acabó decidiendo el derbi. Fue gasolina suficiente para mantener encendida la caldera de un Molinón incansable durante los noventa minutos de encuentro.

Miguel Ángel Ramírez se ha convertido en el entrenador capaz de guiar al Sporting a una nueva victoria ante el Oviedo cinco años después. Lo ha logrado, además, alargando su condición de invicto frente al conjunto azul desde que tomara las riendas del banquillo rojiblanco. Empató la pasada campaña en casa (1-1) e hizo la mismo esta temporada, durante el choque en el Carlos Tartiere (0-0). Tiene un valor añadido, el de haber vuelto a salir de un bache como se consiguió el pasado verano. Entonces, mucho más profundo. El de ahora, en todo caso, contaba con las dudas del frenazo en cuanto a resultados experimentado en el último mes y medio. También con la gestión de los cambios y los planteamientos, especialmente, en las últimas dos jornadas. Nada hizo que el derbi planeado por Miguel Ángel Ramírez dejara de salir adelante.

De El Molinón, a vivir la fiesta de Carnaval

"Hoy se sale, mañana no se entrena y pasado, tampoco". En plena fiesta en el vestuario del Sporting tras la victoria ante el Oviedo, Miguel Ángel Ramírez anunció dos días de descanso para la plantilla. Con Gijón metido en plena celebración del Carnaval, muchos de los integrantes del conjunto rojiblanco aprovecharon para vivir su primera noche de disfraces. Lo hizo, por ejemplo, parte del cuerpo técnico, entre los que no estaba el preparador canario. Hubo quien recibió la visita de familiares y aprovechó para compartir con ellos el ajetreo de una ciudad envuelta en la resaca del resultado del derbi asturiano. Otros, como José Ángel y Guille Rosas, festejaron en el vestuario, junto a sus compañeros, el resultado de un partido que vivieron en la grada, como dos aficionados más. Inseparables desde que coincidieran por primera vez en el primer equipo la pasada campaña, los canteranos ocuparon plaza en la zona reservada para jugadores y familiares de la plantilla e incluso se sumaron a los cánticos de El Molinón para animar a los suyos en los momentos más apretados del derbi. El Sporting retomará el sábado la competición en el mismo escenario en el que derrotó al Oviedo, al que le ha ganado el goalaverage de cara a un final en el que la clasificación puede acabar decidiéndose por detalles. El siguiente en visitar el municipal gijonés será el Valladolid, otro de los rivales directos en la lucha por intentar dar el salto a Primera. Los pucelanos ya se llevaron la victoria en la primera vuelta, en la que fue la primera jornada de Liga, por 2-0.

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