La intrahistoria de la reunión Sporting-Ayuntamiento por el Mundial: ochenta minutos sin brindis y una mesa con pastas sin tocar

El Molinón.

El Molinón. / Juan Plaza

Á. C.

Ochenta minutos de reunión y una estampida general. Los minutos que sucedieron a la reunión mantenida ayer en El Molinón simbolizaron lo que después haría público el Ayuntamiento a través de un comunicado. Martínez Salvador y Ángela Pumariega fueron los primeros en abandonar el municipal gijonés. Lo hicieron en silencio, dando esquinazo a los medios de comunicación presentes, y dejando atrás una mesa repleta de copas vacías y pastas sin tocar. Luego llegó una negativa más contundente. En una de las salas contiguas al lugar de reunión se prepararon refrescos en torno a una bandeja repleta de galletas. Lo que en un inicio parecía lugar para charlar de manera más desenfadada de la candidatura al Mundial, acabó desierto.

Los miembros del gobierno municipal, tras excusarse por tener que atender otros compromisos de la agenda. María Tato, máxima representante de la Federación Española en la reunión, tomando dirección hacia el garaje del estadio después de completar una jornada con La Coruña y Vigo como paradas previas. David Guerra fue el único en pronunciarse después de media hora larga en la que se despidió de los invitados y atendió el teléfono. Limitó al máximo sus palabras. "Ha sido una reunión productiva y relevante", manifestó el presidente ejecutivo del club rojiblanco. Hora y media después, el Ayuntamiento detalló las razones de tantas copas y pastas sin tocar.