¿Por qué es especial para Róber Pier la visita al Ciudad de Valencia? Un penalti que marcó su futuro

El Levante rechazó ampliar el contrato del gallego tras la pena máxima que dejó sin ascenso a los granotas

Róber Pier.

Róber Pier. / Juan Plaza

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

182 partidos como futbolista del Levante, repartidos en siete temporadas, definen la importancia del club granota en la carrera de Róber Pier. Una etapa cerrada el pasado mes de junio de manera "cruel", como él mismo definió. El equipo se jugaba el ascenso de a Primera en el Ciudad de Valencia, ante el Alavés. Era la vuelta de la última eliminatoria del play-off, el momento decisivo. Sin goles cumplido el tiempo reglamentario, todo se iba a dilucidar en la prórroga, ya que en la ida también se había registrado un 0-0. Y entonces, un discutido penalti, con Róber Pier como protagonista, acabó con el sueño del levantinismo, y también con la trayectoria en el club del ahora central del Sporting. Este domingo regresará, por primera vez, al mismo escenario.

"No hablo como un futbolista, os hablo yo, os hablo desde lo que soy, una persona que quiere a este club un mundo y que lo está pasando mal. Es un golpe muy fuerte y muy cruel", compartió en redes sociales Róber Pier horas después de que aquel penalti convertido por Asier Villalibre catapultara al Alavés y dejara al Levante en Segunda División. Líneas que son un extracto de un extenso comunicado dirigido a los aficionados levantinistas, algunos críticos con la actuación del gallego. Ese partido terminó siendo el último que disputó Róber Pier con la camiseta del Levante. Un Levante en el que, entre otras cosas, llegó a ser uno de los capitanes de la plantilla.

El club decidió semanas después no hacer efectiva la cláusula para ampliar un año más el contrato del central. Sobre la mesa, cuestiones que van más allá del criterio deportivo. Entre ellas, las apreturas económicas de la entidad, que acabó dando salida a varios pesos pesados para cuadrar números ante el recorte presupuestario que se veía venir. Róber Pier, con mucho cartel en Segunda División, tuvo donde elegir. Terminó tomando camino a Gijón, donde le esperaba su amigo Pablo Insua. No tardó en convertirse en uno de los pilares de la defensa. Al menos, hasta hace escasas semanas.

No está muy claro que Róber Pier vaya a formar parte del once titular durante el partido de este domingo en el Ciudad de Valencia. De hecho, lo más probable es que vea el inicio desde el banquillo. En Burgos acabó siendo sustituido y la pasada jornada, ante el Albacete, no contó con minutos. Falta por ver los planes que tiene Miguel Ángel Ramírez para sorprender a un Levante sumido en una crisis de resultados. Seis jornadas consecutivas sin lograr la victoria tienen la culpa. Por el camino, Felipe Miñambres ha tomado las riendas del banquillo tras destituir a Javi Calleja.

Róber Pier ha pasado de pelear el ascenso con el Levante, a ser un rival directo en la lucha por el salto a Primera División. Pulso que se mantiene abierto a pesar de que los de Orriols se encuentran ahora mismo decimoterceros, a seis puntos de la promoción y a siete del Sporting. En la primera vuelta, el cruce en El Molinón terminó sin goles. Todo está en un puño. En el vestuario granota continúan varios de los que fueron compañeros de Róber Pier hace apenas un año. Mantiene una buena relación con muchos de ellos. En su despedida del Levante incluso se mostró agradecido con Quico Catalán, presidente del club. El domingo se someterá a un nuevo examen de la que fuera su afición.