La lucha de Isidro, que llegó a "meditar solicitar la eutanasia", inspira al Sporting

Un segoviano es ejemplo en la Fundación tras superar un linfoma gracias a la innovadora terapia Car-T: "El cáncer no significa muerte"

Isidro Iglesias, en El Molinón.

Isidro Iglesias, en El Molinón. / Marcos León

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Llegó a sufrir tanto, a verlo todo tan complicado, que "medité solicitar la eutanasia, pero no lo hice". Hoy, Isidro Iglesias Esteban (Valtiendas, Segovia, 15-5-1958) celebra su 66 cumpleaños convertido en un ejemplo de vida. En septiembre de 2021 le diagnosticaron un linfoma no Hodgkin (difuso, de células grandes) severo. "Si el nivel más alto es el 4, puede decirse que el mío era un poco más", recuerda. Tenía "todos los órganos afectados", la quimioterapia no hacía efecto y "dos embolias pulmonares y un derrame pulmonar lo dificultaron aún más todo". Sometido a terapia Car-T, un tratamiento que básicamente modifica genéticamente los glóbulos blancos, ahora, este jugador del equipo de fútbol andarín de la Fundación del Sporting, se siente "limpio" y comparte con LA NUEVA ESPAÑA el mejor gol de su vida: "El cáncer no significa muerte".

"Refleje por favor el nombre de todos los sanitarios que me atendieron. Es importante", pide este pintor jubilado, que tras salir de su pueblo para estudiar Psicología en Barcelona, emigró a Zurich, donde conoció a una hija de asturianos con la que fue padre de un niño (Isidro) antes de que la familia se afincara en Gijón hace 23 años. Aquí disfruta de la jubilación, agradecido a "una sanidad pública donde todos me han tratado como a un hijo. Hay que tener mucha fe en ellos". La lista de facultativos es larga, como su lucha, desde que una aparente ciática le llevó al hospital de Cabueñes. Había algo raro en aquello. "La internista María Teresa Campoamor me dijo: ‘De aquí no sales sin saber lo que tienes’. Tras muchas pruebas, fue la primera vez que hablamos del cáncer", explica.

Los hematólogos Pablo Chamorro y Noelia Andrés "le pusieron el apellido" a la enfermedad. Fueron semanas de quimio, sin cambios, pasando después a sesiones "más agresivas" que seguían sin arrojar buenas noticias. "Rubén Fernández, hematólogo oncólogo jefe, llegó a la conclusión de que si seguíamos así me iba a matar a mí con tanta quimio antes que a la enfermedad. Me propuso para Car-T y en una semana estaba en el hospital Gregorio Marañón para iniciar el proceso", detalla de una terapia que ahora ya se hace en el HUCA. El catéter que le colocaron en el pecho dio paso a la esperanza. El proceso, "en manos de la doctora Mariana Bastos" se basó, a grandes rasgos, en filtrar toda su sangre para extraer todos los glóbulos blancos que, después, fueron trasladados a "un laboratorio de Estados Unidos". "Del hospital, al avión. Y a esperar", rememora sobre días en los que no olvida "la cercana atención del doctor Guillén Oarbeascoa".

Un mes después, sus "nuevos leucocitos" estaban de vuelta y, "tras otra quimio para eliminar los que había regenerado mi cuerpo", le inyectaron los tratados genéticamente. "18 de abril de 2022. Esa fecha no la olvidaré. Ahora es ese día cuando celebro mis cumpleaños", dice del inicio de una espectacular remontada. "En seis semanas pasé de tener el cuerpo plagado, a estar casi limpio", continúa, todavía emocionado. Así sigue, entre revisiones periódicas con doctoras como Esther González, y visitas a Cristina Mújica en la farmacia de Cabueñes. Ha recuperado hasta una afición, la del fútbol, a través del Sporting. "De joven me llamaban Sotil", cuenta por su entonces melena y parecido al exfutbolista peruano del Barcelona.

Isidro se ha agarrado a la vida y al fútbol con más energía que nunca. Su "fichaje" por el equipo de fútbol andarín de la Fundación del Sporting ha llevado a que su historia haya sido compartida con el vestuario rojiblanco como muestra de ejemplo de superación. Participó en el vídeo publicado por el club, junto al futbolista Pablo García, para conmemorar el aniversario de la entrada de la entidad en Common Goal, movimiento a través del cual se dona un 1% de los ingresos en taquilla, abonados y patrocinios de la Fundación. "Hay que invertir y ayudar en todo esto. Ojalá se encuentren más terapias inmunitarias para acabar con todo tipo de cánceres", concluye Isidro.

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