Un día con Juanele: su recuperación, los momentos difíciles y el consejo al Sporting para acabar en promoción

El Pichón pelea por recuperarse del ictus mientras sigue el desenlace de Segunda: "Si el Sporting es una de mis ilusiones, más es verlo en Primera; a luchar hasta el final"

Juanele, ayer, en Casa Aurora, con uno de los modelos de camiseta que vistió en su etapa en el Sporting. | Á. C.

Juanele, ayer, en Casa Aurora, con uno de los modelos de camiseta que vistió en su etapa en el Sporting. | Á. C.

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

"En la vida tuve traspiés y siempre salí adelante". Con "casi diez kilos menos" y la misma sonrisa pícara de quien rompió las mejores cinturas del fútbol español, Juan Castaño Quirós, Juanele (Gijón, 1971), empieza a dejar atrás las secuelas del ictus que le llevó a estar hospitalizado casi tres meses. "Ya jugué partidos más difíciles", asegura en su encuentro con LA NUEVA ESPAÑA, en Casa Aurora, cuna del sportinguismo, donde le reciben como el ídolo que es. "Va lento, pero voy poco a poco", comenta el internacional y referencia rojiblanca en los 90 cuando se acercan para interesarse por su estado de salud. Toma asiento y pide un agua. La conversación fluye rápidamente hacia el Sporting.

"Al Sporting le digo que luche hasta el final. Hay que ganar los dos partidos que quedan. Si este club es una de mis ilusiones, mucho más es verlo otra vez en Primera", resume Juanele sobre el objetivo de recortar los dos puntos con el play-off en las dos jornadas ligueras que restan. Llega a la cita tras una visita al ambulatorio junto a su hija, María, "volcada" desde que sucedió todo en la noche de aquel 24 de febrero para olvidar.

Se le ve algo liberado tras recibir, la pasada semana, el alta hospitalaria. A ello también ha contribuido Fernando Asensio, "Chumi", su otra sombra. Amigos "desde los 18 años", salen juntos a caminar a diario. Es también en quien se apoya para acudir a cada cita médica y quien le acompaña en Casa Aurora. "Se hizo duro tantos días en el HUCA", reconoce el Pichón en una de las pocas ocasiones en las que frunce le ceño durante la charla. Toma un trago de agua y continúa.

"Todo comenzó cuando sentí que se me dormía la pierna. Cuando poco después también sentí que se dormía el brazo, avisé a Chumi. Desde el primer momento sabía que era algo grave. Fue importante reaccionar rápido", relata Juanele del día en el que, sentados juntos para cenar en una sidrería gijonesa, todo derivó en una llamada al servicio de emergencias y su ingreso en el HUCA. Hace énfasis en los síntomas y la velocidad de reacción para quienes "puedan verse en un caso como el mío". Las primeras horas son determinantes para afrontar, en las mejores condiciones posibles, una recuperación.

"Ahora estoy esperando a iniciar la rehabilitación en el Hospital de Cabueñes. Será en los próximos días", continúa sobre un proceso en el que asume la importancia del ejercicio físico para recuperar el máximo grado de movilidad en el brazo y la pierna izquierdos. Sonríe cuando se le recuerda que, durante su carrera, tuvo más fama de talentoso que de esforzado en lo físico. "Unos cardan la lana y otros se llevan la fama", defiende Chumi sobre su amigo, sacando a la palestra que "es imposible jugar más de trescientos partidos en Primera si no estás bien físicamente". Juanele echa otro trago de agua y sonríe. No ha parado, asegura, desde que los médicos le han ido marcando retos. Fisioterapeuta privado, ejercicios en casa, paseos por la playa de San Lorenzo y el barrio de La Arena, donde reside. Una de sus rutas preferidas está entre el puente del Piles y El Molinón, desvela Chumi. El camino, en cualquier caso, "es el de mantener una constante mejoría".

Mensajes de apoyo

"Seguí viendo los partidos del Sporting, sí, sí", prosigue Juanele volviendo a recordar los días de hospitalización. Días vacíos llenados, muchas veces, por el mundo del balón. "Allí en la tele podías escoger el partido que querías y también fui recibiendo muchos mensajes de excompañeros y amigos", relata. Chumi le anima a recordar alguno de ellos. Se nota que le hace especial ilusión "el que me mandó Cote". El futbolista del Sporting, como él, se crió en Roces. El pasado 4 de abril trasladó todo su apoyo al Pichón a través de un vídeo compartido con LA NUEVA ESPAÑA. "Me escribió gente como Xavi Aguado (Zaragoza), Nacho Conte (Tenerife), Yordi (Zaragoza), Paco Jémez (Zaragoza)... Detalles así te hacen sentirte muy orgulloso", continúa el gijonés. "Ahora, solamente el poder salir a la calle, ver a la gente y escuchar palabras de ánimo tambiés es algo que se agradece mucho", explica.

"El partido ante el Eibar lo veré desde casa", cuenta Juanele sobre su agenda para el próximo domingo, el día en el que la ciudad se movilizará en torno al equipo para librar la primera de las dos finales que restan. "Mi consejo es que los futbolistas salgan con los cinco sentidos puestos. La vida te cambia cuando pasas a ser jugador de Primera División. Mis partidos más complicados fueron el que jugué con el Tenerife ante el Valencia, y con el Zaragoza ante el Villarreal. En los dos nos jugábamos la permanencia. En los dos bajamos", desvela.

Como el tema está ahora en el salto inverso, el de conquistar Primera, Juanele retoma la conversación con optimismo. "En mi caso era más de dar pases que de meter goles, pero a los delanteros les diría que no tienen que pensar en si están o no en racha. El gol son eso, rachas. Que salgan centrados en el día a día. Van a poder marcar", subraya antes de tomar el último trago de agua y despedirse. "Les mando todas mis fuerzas", concluye, siempre generoso, el Pichón.

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