Gijón, E. P. / R. G.

Se casaron hace unos meses y ahora un juez les obliga a vivir separados sin poder verse por una pelea que tuvieron cuando aún eran novios, en agosto del año 2008. Es el caso de un matrimonio de Gijón que un magistrado de lo penal de Oviedo ha separado, al menos durante los próximos seis meses. La supuesta víctima no llegó a denunciar al presunto agresor, pero la fiscalía actuó de oficio con el testimonio de un testigo.

Los hechos tuvieron lugar el 10 de agosto de 2008 en las cercanías de la estación de autobuses de Gijón. La pareja, que de aquella cortejaba, celebraba la fiesta de cumpleaños de la víctima cuando ambos se enzarzaron en una discusión en la vía pública en la que el hombre, de 42 años, llegó a darle dos bofetadas a su mujer. La Policía se personó en el lugar de los hechos tras recibir la llamada de un testigo de los hechos y procedió a la detención del denunciado. La víctima, por su parte, fue trasladada a un centro de salud, en donde los facultativos le extendieron un parte de lesiones en donde se apreciaban «erosiones de carácter leve en la cara y el codo». Tras este pequeño incidente ambos continuaron su vida de pareja renunciando a interponer denuncia. Los gijoneses llegaron incluso a casarse, en marzo del pasado año. Pero los trámites judiciales ya estaban en marcha y no se podían parar.

La abogada de la víctima aceptó ayer un acuerdo con el magistrado encargado del caso y el representante del ministerio público en virtud del cual el hombre ha sido condenado a la realización de 20 días de trabajos en favor de la comunidad. Pero eso no es lo peor. Además, aplicando la ley existente en materia de violencia de género, el juez se ha visto obligado a interponer una orden de alejamiento entre ambos de seis meses, el mínimo que recoge la ley, por lo que el hombre ahora condenado deberá abandonar el domicilio que la pareja se acaba de comprar y sobre el que aún pesa una hipoteca que pagan entre los dos. El fiscal encargado del caso pedía para el acusado, antes de la celebración de la vista oral del juicio, una condena de seis meses de cárcel y que el juez le impidiese acercarse a su víctima durante un año y ocho meses. La conformidad a la que llegó la abogada con las partes implicadas ha hecho posible reducir esta condena. La letrada ya ha anunciado además que pedirá un indulto parcial que anule el alejamiento.