Zhaoqu, Agencias

Trescientas treinta y siete personas muertas y más de un millar de desaparecidos. Es el trágico balance del corrimiento de tierra que el sábado sepultó a gran parte de la localidad china de Zhaoqu. Estas muertes se suman a las producidas en los últimos días en la zona por las lluvias torrenciales, donde las autoridades calculan alrededor de 1.500 muertos. A la zona se han trasladado cientos de voluntarios para ayudar en las tareas de rescate, y también el primer ministro chino, Wen Jiabao, quien instó a los equipos de rescate a inspeccionar las zonas con más posibilidades de albergar supervivientes y a restablecer los suministros. Jiabao, en un encuentro con las autoridades locales, afirmó que ahora es el «momento crucial», en referencia a que mientras pasan las horas, se reducen las posibilidades de encontrar supervivientes. La nota positiva la puso el rescate ayer por la mañana de una mujer de 74 que había sobrevivido bajo las ruinas desde el sábado, fecha del alud.