La Llaneza (Tineo),

Pepe RODRÍGUEZ

Manuel Rodríguez Villar, de 49 años de edad, fue encontrado muerto en una cabaña del pueblo de La Llaneza, en el concejo de Tineo. La muerte tuvo un carácter violento, pues el cuerpo sin vida de este vecino del concejo tinetense fue encontrado por la Guardia Civil con un golpe en la cabeza. Hasta que no se le practique la autopsia no se podrá determinar qué fue lo que causó el golpe.

Manuel Rodríguez fue hallado en una cabaña de su propiedad, en uno de los prados que pertenecían a su familia, Casa Antón, en La Llaneza. Esta cabaña era la que usaba habitualmente para vivir su hermano, Tomás Rodríguez Villar, más joven que Manuel. Lo hacía en condiciones de ermitaño e incluso compartía el recinto con un caballo.

Tomás ha desaparecido y la Guardia Civil lo está buscando por los montes que rodean la aldea. Según los habitantes de la zona, el hermano menor del fallecido es un hombre que no se encuentra en condiciones mentales óptimas. Como tampoco lo está Antón Rodríguez Fernández, de 90 años de edad, padre de los hombres y que ayer no era consciente de la tragedia ocurrida. Su mujer falleció hace un año.

La voz de alarma la dieron los vecinos de La Llaneza en la tarde de ayer. Manuel era ganadero, tenía medio centenar de vacas, y se había visto a los animales desatendidos. Se avisó a unos primos de Manuel que viven en Llanoriego, también del concejo Tineo. Estos llegaron a casa al anochecer y se encontraron con que el coche de Manuel estaba allí y, además, su camión se encontraba aparcado en San Roque, por lo que intuyeron que algo raro estaba pasando. Fueron a dar parte a la Guardia Civil. Los agentes comenzaron la búsqueda de Manuel de noche y la reanudaron a las seis de la mañana del sábado. A las ocho menos cuarto ya habían encontrado el cadáver del ganadero.

El cuerpo se encontraba en la puerta de la cabaña donde residía su hermano y estaba tumbado boca abajo. El exterior de la cabaña presentaba signos de que alguien había sangrado. Se encontraron también restos de sangre en la cerca de la finca y, del mismo modo, la marca de una mano ensangrentada en la puerta de la pequeña vivienda-establo. A las cinco de la tarde se produjo el levantamiento definitivo del cadáver. La última vez que los vecinos de La Llaneza vieron con vida a Manuel fue el jueves por la mañana, cuando los habitantes de casa Tomás lo saludaron sobre las diez de la mañana.

Se da la trágica circunstancia de que en Casa Tomás, precisamente, hace poco más de una semana se produjo un incendio que acabó con la vida de una anciana y dejó la edificación enormemente dañada. La Llaneza es una aldea que sólo tiene tres casas y en todas ellas se ha cebado la tragedia, ya que en la última de las familias falleció, hace años, un joven en un accidente de coche. Manuel Rodríguez Villar era, además de ganadero, camionero y comerciante de madera. Él mismo compraba madera que, en su propio camión, transportaba hasta Portugal para vender. Su muerte ha sobresaltado a los vecinos de la zona pues era bien conocido y un habitual de las partidas de cartas de los bares colindantes. El entierro de Manuel tendrá lugar mañana a las seis de la tarde en el cementerio municipal de Tineo.