Los hospitales públicos y privados de Katmandú se encuentran totalmente colapsados y los pacientes están siendo tratados en plena calle. La situación en la capital de Nepal tras al trágico terremoto del sábado es de caos absoluto. Cruz Roja está distribuyendo ayuda de primeros auxilios, pero la gran cantidad de damnificados que hay provoca que los suministros se estén acabando muy rápido. En todo caso, según los responsables de las ONG, lo que más urge es lograr equipos médicos, comida, agua y refugios de emergencia para la mucha gente que está durmiendo al raso.

Cruz Roja ha empezando a distribuir artículos de primera necesidad, como 1.000 toldos plásticos para familias desalojadas de sus viviendas. Desde Cruz Roja España se ha facilitado un fondo de emergencia de 30.000 euros.

Las imágenes de las televisiones locales muestran a personas cavando con sus propias manos entre la destrucción en Katmandú y piras funerarias masivas para despedir a los muertos. A media mañana de ayer, un nuevo seísmo de 6,7 grados en la escala de Richter aterrorizó a los habitantes de la ciudad, donde se produjeron escenas de pánico, con gente corriendo hacia el centro de las calles para protegerse de posibles derrumbes de edificios. El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) informó que el epicentro se situó a 81 kilómetros al este de la capital nepalí.

El nuevo movimiento telúrico, que hizo temblar el norte de la India y Bangladesh, provocó el cierre del aeropuerto de Katmandú y paralizó por unas horas las labores de rescate. A última hora del día, la aparición de lluvias causó un nuevo cierre de la terminal y también dificultó los trabajos de desescombro.

El seísmo devastó gran parte del valle central de Nepal, dejando viviendas destruidas, carreteras destrozadas y las telecomunicaciones y conexiones eléctricas muy estropeadas en la zona en que se encuentra Katmandú, donde han quedado dañados importantes monumentos. Sólo en la capital hay más de mil muertos.

El fondo de la ONU para la Infancia (Unicef) ha advertido de la necesidad de ayuda urgente, principalmente de cobijo, pero también de ayuda sanitaria y médica, para atender a los miles de damnificados por el terremoto de Nepal, de los que alrededor de la mitad son menores de edad. Además, ha expresado su temor de que la situación de por sí precaria de los niños pueda empeorar.

Unicef advierte de que puede producirse un incremento de los problemas de "explotación infantil, tráfico de niños y violencia de género", bastante frecuentes en el país.