La Fiscalía pide ocho años de cárcel y otros ocho de privación del derecho a conducir para el turista sueco que el pasado febrero sembró el pánico en las calles de Barcelona, conduciendo a toda velocidad y en dirección contraria un camión de butano que había robado tras una noche de juerga.

El hombre causó heridas a tres personas en una acción que la Policía creyó en un principio que podía tratarse de un atentado yihadista.