Javier Ardines, el concejal de IU de Llanes asesinado cuando salía de su casa en la mañana del pasado 16 de agosto, fue estrangulado con las manos además de recibir tres golpes en la cabeza, uno de ellos en la nuca. Varias líneas de investigación sobre la autoría del crimen avanzan lentamente en el entorno de la víctima.

Fuentes cercanas al caso aseguraron ayer que según la autopsia, a Ardines "le echaron la mano al cuello" tras recibir al menos uno de los golpes, el de la nuca, con el que habría caído al suelo.

El que era concejal de Personal, Medio Rural y Playas de Llanes, quedó aturdido y al parecer se fue arrastrando hasta que logró ponerse de pie para intentar huir. Pero "tras recorrer unos setenta metros" se cayó, y se abalanzaron sobre él.

Las fuentes consultadas no aclararon si los otros golpes en la cabeza los recibió ya cuando estaba en el suelo al caer por segunda vez, o si cayó al recibir esos nuevos impactos con un objeto contundente.

La autopsia sí deja claro que Ardines fue asfixiado, y que el autor utilizó sus propias manos para hacerlo. Pero lo que no ha trascendido es si la muerte se debió a la asfixia o a los golpes.

Los agentes de la Guardia Civil de Gijón y de la Unidad Central Operativa (UCO) que están al frente de la investigación trabajaban en las últimas semanas sobre la hipótesis de que había tratado de defenderse de sus agresores al verse atacado por sorpresa. Su cadáver apareció a unos 60 metros de la furgoneta en la que se dirigía al puerto de Llanes. El vehículo fue hallado por los investigadores con el motor arrancado, muy cerca de unas vallas que bloqueaban el camino por el que debía avanzar.

Los investigadores valoran incluso la hipótesis de que Javier Ardines fuese atacado por un agresor y que fuese otro el que le interceptase después, cuando intentaba huir del lugar.

Fuentes conocedoras del caso aseguraron que aún siguen abiertas varias líneas de investigación en el entorno de la víctima. También coincidieron en señalar que es "extremadamente difícil", debido a la intensa actividad profesional, política y social del edil.

Ardines, marinero de 52 años, era el único concejal de IU en el Ayuntamiento de Llanes. Según la investigación, sufrió una emboscada cuando acababa de salir de su domicilio y se dirigía al puerto de Llanes para salir a faenar. Una o más personas colocaron vallas de obra en el camino por el que circulaba, a unos 300 metros de su casa, cerrándole el paso. El edil se tuvo que bajar de su furgoneta para apartarlas, y unos segundos después recibía uno de los tres golpes que presentaba su cabeza.

El crimen se produjo en un camino rural que comunica los pueblos llaniscos de La Pesa y Belmonte de Pría. Los investigadores han descartado que el móvil del ataque fuera el robo, y consideran más plausible que la causa fuera alguna desavenencia personal o consecuencia de su actividad política. De hecho, las pesquisas se han centrado en su entorno. Primero, en aquellas personas que habían tenido más relación con él en los días previos a su muerte, para, posteriormente, ampliarlo al entorno familiar, a los vecinos de varias localidades e incluso al Ayuntamiento, incluyendo la toma de declaraciones a algunos concejales y trabajadores municipales.

Los investigadores llevan las pesquisas en el más absoluto silencio, para evitar que trasciendan los avances que se producen. El secreto del sumario debería facilitar esta discreción porque, según las distintas fuentes consultadas, "todo lo que interfiera puede truncar el trabajo realizado durante estas semanas".

Los agentes también tratan de esclarecer el arma que se utilizó para golpear a Javier Ardines. Se trata de un "objeto contundente", pero al parecer los resultados de la autopsia no han aclarado ni siquiera el material, si fue de madera o metálico.

Ardines fue en dos ocasiones coordinador local de IU, y participaba en el gobierno municipal de Vecinos x Llanes, en el que también están Foro y PP. Era responsable de Medio Rural (Ganadería, Montes y Pesca), Playas y Personal, así como concejal de zona del Valle de San Jorge.