Asturias fue una de las regiones en las que subieron las muertes en la carretera el año pasado. En concreto, se produjeron 37 fallecidos en las vías urbanas e interurbanas, dos más que el año anterior. De ellos, 29 perdieron la vida en carreteras secundarias. Llama la atención el incremento de ciclistas fallecidos, dos más que en 2016 (ese año no falleció ninguno), así como motoristas, también dos más, subiendo a diez.

Destaca sobre todo el aumento de fallecidos en las vías convencionales, un total de 29, frente a los 20 del año anterior. Otro dato importante es la ausencia de fallecidos en autopistas o autovías, que habían sido seis en 2016.

Estos datos, consolidados a 30 días, se presentaron ayer en la VII Reunión de la Comisión Autonómica de Seguridad Vial, que presidió la delegada del Gobierno, Delia Losa. En el encuentro también participaron la Jefa Provincial de Tráfico, Raquel Casado, representantes de la Guardia Civil, del Principado y de los ayuntamientos.