A Avelino Cernuda, valdesano de 73 años y afincado en Tapia desde hace más de veinte años, le encantaba el mar y era un apasionado de la pesca desde roca, que practicaba a menudo en una zona acantilada pegada a su casa del barrio tapiego de San Martín. Por eso, la principal hipótesis de su fallecimiento es que sufriera una caída accidental cuando se desplazaba a pescar o simplemente a ver el mar. Su cuerpo apareció flotando varios metros al Este, en el ribeiro (cala rocosa) de Represas, y su identificación, varias horas después, conmocionó a los vecinos.

"Conocía aquello como la palma de la mano, pero eso no tiene que ver porque patinar es fácil", comentaba un familiar nada más confirmarse la fatal noticia. "No sabemos si fue a pescar o a ver el mar, porque realmente allí no encontraron el cesto o las cañas", añadió. Cernuda, casado con una vecina de Tapia y con una hija, era natural de la localidad valdesana de Muñás y, tras su prejubilación en una factoría láctea de Brieves, se trasladó con su familia a la capital del concejo tapiego.

En torno a las cinco y media de la tarde, el 112 recibió una llamada de alerta de alguien que había visto a una persona flotando a la altura de Represas. Inmediatamente se dio aviso a Salvamento Marítimo y se desplazó a la zona un equipo de socorristas del concejo. Ellos fueron los encargados de rescatar el cuerpo del agua y trasladarlo a tierra, en concreto al puerto de la villa, donde se desplegó todo el operativo.

La Guardia Civil tuvo que acordonar el entorno de la punta del muelle para evitar que los curiosos se acercaran e interfirieran con el trabajo de los agentes. Esta zona de la villa suele estar muy transitada, pues es punto habitual de paseo. No obstante, alrededor del precinto y en las atalayas de la villa se generó una gran expectación a la espera de noticias y de saber si el fallecido era o no vecino de la villa. La identificación del fallecido se demoró, pues el hombre no llevaba documentación alguna. En el momento del rescate solo tenía un pantalón y unos playeros.

El hombre apareció flotando, lo que indica que no se ahogó, sino que se precipitó desde la costa. Presentaba además un "fuerte golpe en la cabeza", lo que refuerza la hipótesis de la caída. En un primer análisis, el forense desplazado a Tapia determinó que en el momento del rescate llevaba poco tiempo en el agua y que, por tanto, el cuerpo fue avistado con rapidez. La causa del fallecimiento la determinará la autopsia que se le practicará en las próximas horas en Oviedo.

"Seguro que estaba pescando, iba mucho a esa zona de San Martín, muy cerca de su casa, y la verdad es que tiene una bajada peligrosa, yo dejé de ir precisamente por eso", comentó un vecino en el puerto. "Era buen hombre, saludaba siempre y era fácil verlo por ahí paseando", apuntaba otro. Y es que, entre las pasiones de Avelino estaban la pesca y también las caminatas, y era frecuente verlo con su mujer de paseo por los alrededores del pueblo. "Qué pena, pobre hombre. Se le veía tan ilusionado con los nietos", añadió otra conocida.

El mes de julio está resultando fatídico para el concejo de Tapia, pues Avelino es el tercer fallecido en lo que va de mes de manera repentina y en situaciones trágicas. El primer suceso se registró el 1 de julio con el fallecimiento de Héctor Fernández, de 36 años y vecino de la localidad tapiega de El Valle. Sufrió una caída de un caballo cuando hacía una ruta con unos amigos y no pudo recuperarse de un fuerte traumatismo craneal. Su fallecimiento conmocionó al concejo por la juventud del fallecido, que además era muy popular y querido. La segunda tragedia tuvo lugar el pasado miércoles, y la víctima fue Israel González, un camionero de 44 años natural de Mántaras (Tapia) y vecino de Barcia (Valdés), también muy conocido y querido. Se precipitó con un camión de su empresa por una carretera local de Villayón mientras trabajaba transportando áridos.