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Cabos sueltos

La hostelería del Niemeyer

Lo más cerca que ha estado el Centro Niemeyer de utilizar su privilegiado espacio como escaparate gastronómico de Asturias -cuestión que figuraba en su estrategia fundacional como línea de trabajo a seguir- fueron los meses en los que el equipo del estrella Michelin Pedro Morán se volcó para ofertar un proyecto de lo más atractivo y vanguardista. Desde entonces acá, lo único que ha servido la cocina del Niemeyer a la opinión pública son menús indigeribles elaborados con las peores materias primas: rencores, censuras, incomprensiones, zancadillas y una visión economicista del negocio. Padecieron ese clima infame de trabajo el ya citado Pedro Morán, Koldo Miranda y ahora Enrique Martínez Ondina, y sufren las consecuencias del empobrecimiento del servicio hostelero los usuarios del centro y, por extensión, todos cuantos creen que el Niemeyer, de proponérselo, podría ser un equipamiento capaz de conquistar todos los sentidos, hasta el del gusto.

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