Hoy, 23 de agosto, celebraremos en Avilés la inauguración del monumento que nuestra villa le dedicó a quien ha sido uno de los más preclaros hombres del siglo XVI hispano, nuestro paisano Pedro Menéndez.
Es cierto que sobre el mismo se fueron publicando, con mayor o menor fortuna, apuntes históricos e incluso biografías más o menos completas sobre su vida, entre las que deseo destacar "Noticias biográfico-genealógicas de Pedro Menéndez de Avilés, primer Adelantado y Conquistador de la Florida", escrita por Ciriaco Miguel Vigil en 1892, historiador asturiano del que todos los que después hemos seguido la senda de la investigación sobre documentos nos sentimos profundamente deudores, y que probablemente fue la obra que incitó a un grupo de avilesinos a formar una comisión que se encargó de que se llevara a cabo la obra que hoy nos ocupa.
Pero la verdad es que tenemos que llegar a los inicios del siglo XX para que los avilesinos pudiéramos llegar a poner "cara" a quien fue el más destacado marino del reinado de Felipe II junto con el tan citado en las historias Álvaro de Bazán, marqués de Santa Cruz.
Pero en nuestra villa, su figura quedaba un tanto difuminada entre los relatos históricos, a veces hasta con tintes legendarios. Y es cierto que su persona acaba convirtiéndose de nuevo en un vecino "fijo" de Avilés cuando el 23 de agosto de 1918 se hace entrega al Ayuntamiento de Avilés por la citada comisión de un monumento que aparece descrito en el periódico "El Carbayón" de Oviedo de dicho día de la forma siguiente:
"El monumento es obra del escultor D. Manuel Garci-González y consta de tres cuerpos: basamento construido con piedra berroqueña, cuyas espaciosas gradas se extienden en forma de cruz; sobre él, el cuerpo central, en cuyo frente destácase el escudo de España, y bajo éste, en letras de bronce, la siguiente dedicatoria:
'A Pedro Menéndez de Avilés, primer Adelantado y conquistador de La Florida'.
En la parte posterior, el escudo de Avilés, con esta inscripción:
'Modelo de caballeros y patriotas, su pueblo y su patria agradecidos, le consagran este recuerdo. Año 1917'.
En los lados, unas carabelas estilizadas en plancha de cobre y en cada uno de los cuatro ángulos la figura de un guerrero tallada en piedra.
Sobre este cuerpo central levántase la estatua del Adelantado don Pedro Menéndez de Avilés, en actitud de marchar hacia el país por él conquistado, llevando la espada inclinada en tierra". Aunque en la escultura figure el año de 1917, la entrega, como antes indiqué, tuvo lugar el 23 de agosto de 1918, o - como comienza a pensarse- el día 22, ya que resultaría improbable que la inauguración de la obra y el acta de la misma se publiquen en el periódico "El Carbayón" el mismo día en que se produce. De ella fueron testigos y firmaron el acta, en la que se especifica que el monumento se erige en "la Glorieta Norte del parque del Muelle", "la serenísima señora Infanta Doña María Isabel Francisca de Borbón -la popular "Chata"- en representación de S. M. el Rey; el ex Ministro Excmo. Señor D. José Francos Rodríguez, representando al gobierno de S. M. y al Excelentísimo Ayuntamiento de Madrid; el Alcalde, con la excelentísima Corporación Municipal, y otras representaciones de la Real Armada, el Ejército, la Excelentísima Diputación Provincial, la Real Academia de la Historia, el Ilmo. Obispo de la Diócesis y las autoridades civiles y militares y eclesiásticas de la provincial."
La presencia de la Real Academia de la Historia en tal acto hizo que éste fuera recogido en el tomo 73 cuadernos 2-4 del boletín de dicha institución correspondiente a los meses de agosto a octubre del mismo año de 1918. El amplio artículo, bajo el epígrafe de "Actualidades", aparece firmado por Juan Pérez de Guzmán y Gallo, con el título de "Pedro Menéndez de Avilés, Adelantado de la Florida."
No es de extrañar que Juan Pérez de Guzmán fuera el encargado de realizarlo. En su juventud, este andaluz de Ronda había sido periodista y trabajado en los primeros años de "La Época" para hacerlo posteriormente en "La Ilustración Española y Americana", donde tomó especial contacto con las tierras de allende el Atlántico. Pronto, por su talante intelectual y sus numerosos trabajos sobre historia, fue recibido como miembro de número de la Real Academia. En el momento en el que redacta el artículo ejercía las labores de secretario, al hallarse enfermo el titular de la Secretaría perpetua de la institución, don Eduardo de Hinojosa, tras cuyo fallecimiento pasa a ocupar tal cargo como titular el 12 de diciembre de 1919.
Don Juan ya se había visto vinculado a Asturias al realizar un sólido trabajo titulado "El Principado de Asturias; bosquejo histórico documental", en Madrid el año 1881. Había también publicado un estudio sobre la acción española en tierras americanas, así que no es de extrañar la admiración que expresa por Pedro Menéndez en la breve biografía que precede a la noticia de actualidad. En ella dice del Adelantado que "profesó desde la infancia, simultáneamente dos á cual más beneméritos oficios: como de cuna ribereña, los del mar y su navegación; como de cuna hijosdalga y como caballero que fue de la Orden de Santiago, los de espada. Fue por lo tanto, un gran navegante y un gran guerrero".
A la erección de este monumento siguió la realización, dentro de la vieja parroquia de San Nicolás de la villa, de la que fuera feligrés, de un sepulcro adecuado a su persona y fama, cuya realización fue también encomendada al mismo escultor, Manuel Garci-González, natural de Requena, y a donde fueron trasladados los restos del Adelantado con toda solemnidad en 1924, y que ya había realizado con anterioridad otra obra para la villa, el busto del maestro don Juan Cruz Alonso en 1902, monumento que no se ha conservado, ni siquiera, que sepamos de momento, a través de una fotografía. Estos dos beneméritos oficios, junto a otros que no enumera, serán glosados ampliamente a partir del 15 de febrero de 2019, durante todo un año, cuando en su villa natal procedamos a enaltecer, más si cabe su figura, con motivo del quinto centenario de su nacimiento.
