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Vita brevis

Presidentes por el mundo

La inquietud viajera de Pedro Sánchez

Siempre se ha dicho que los presidentes del Gobierno, tras cierto tiempo, sufren el síndrome de La Moncloa, que es una especie de alucinación que les impide percibir lo que las gentes vulgares piensan, por causa de vivir en ese aislamiento dorado. Todo indica que el doctor Sánchez no padece ese síndrome ni lleva camino de que le afecte, porque escasamente duerme en ese complejo palaciego más de una noche.

Si ustedes andan al tanto de las noticias sabrán que el doctor Sánchez, don Pedro, sufre otro tipo de trastorno de la conducta, que es el de no parar un solo día en el mismo sitio, que va del helicóptero a la avioneta y de la ceca a la Meca. Raramente lo vemos hoyando las tierras de la patria mía si no es en tránsito.

Como ya conocerán, hasta el Gobierno de la nación se ha hecho trashumante, que ya ha tenido una reunión en Sevilla y otra que se prepara en Barcelona para la semana que viene. La reunión andaluza del Consejo de Ministros se programó no se sabe si para dar apoyo a Susana Díaz ante las inminentes alecciones autonómicas o, a la vista de los resultados, para darle la puntilla, que es lo que resultó. La señora perdió el "susanato" y no le dejaron ni siquiera seguir siendo la portera de las Tres mil viviendas, pues que ni en ese barrio popular sevillano la votaron mayoritariamente, a pesar de que la televisión de allí no paró de emitir programas con sevillanas. "Mire usté que maravilla, / se enamoró de caballo / de una yegua de castilla".

Lo de Barcelona parece que tiene un sesgo semejante. Allí no hay elecciones, pero los irreductibles independentistas están dispuestos a fastidiarle el viaje al doctor Sánchez y a sus ministros, que pretenden reunirse en la "Llotja de mar", que es un edificio de gran solera, pero que está cercano al "Barri gòtic" que, con sus callejuelas, es difícil de guardar y proteger. La cosa promete ser bastante desastrosa.

Podría suponerse que el doctor Sánchez pretende descentralizar la corte como, cuando en la Edad Media, los reyes la llevaban itinerante de aquí para allá. Cabría esa posibilidad si sólo fuera cosa de convocar cada Consejo de Ministros en un lugar o en otro del territorio patrio. Pero todo hace pensar que el asunto no va por esos derroteros y cañadas. Todo apunta más a que el doctor Sánchez, don Pedro, tiene el culo más inquieto que fray Junípero Serra, que se recorrió toda California fundando misiones que ahora son ciudades de tanto renombre como Los Ángeles, San Diego, Sacramento o San Francisco.

"Doña Espe", que fue presidenta de la Comunidad de Madrid, además de marquesa y pariente del poeta Gil de Biedma, tuvo una televisión a su servicio, como casi todos los demás reyezuelos de las taifas españolas. Pero, además de alabar y ensalzar las virtudes de la señora Aguirre, aquella televisión tuvo la idea de hacer unos programas que se titulaban "Madrileños por el mundo", en los que se contaba la vida de oriundos de la capital que vivían y se habían instalado por lejanas tierras. Aquellos programas tuvieron un gran éxito, de manera que el resto de las televisiones provincianas se apresuraron a imitarlos. Incluso la tele oficial del Estado confeccionó sus propios "Españoles por el mundo" y hasta la Iglesia Católica se amoldó a ese formato con unos "Misioneros por el mundo", contando las venturas de unos frailes y unas recias monjitas de aquí que me andan limpiando los mocos, haciendo pozos y dando de comer a los negritos, a los chinitos y a los del Altiplano.

Hay que descartar que los afanes viajeros del doctor Sánchez se deban a un desquite por no haber hecho turismo con anterioridad a la asunción de su cargo, como hacía la mayoría de nuestros compatriotas en épocas de bonanza, cuando nos conocían en Nueva York como los "give me two", que es "deme dos", por lo barato que todo nos parecía. La realidad es que el doctor Sánchez, como intuye que es interino, lo que en verdad pretende es hacer una serie inédita para la televisión, que seguramente se titulará "Presidentes por el mundo", que promete ser un éxito mundial.

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