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Fiestas populares, un bien a proteger

Desde hace años estamos viendo el apagón lento pero continuo de las fiestas en nuestros barrios, las fiestas ya no son lo que eran. Las asociaciones de vecinos se venían quejando de la falta de ayuda por parte del Ayuntamiento, de la mayor dificultad de organizar las fiestas y, sobre todo, de la carga burocrática y de permisos que hacían cada vez más inviable la organización de las mismas. Podríamos decir que las asociaciones de vecinos y de festejos que a día de hoy siguen queriendo organizar las fiestas en sus barrios realizan casi una labor titánica.

Las fiestas populares en los barrios organizadas por y para las vecinas y vecinos son un ejercicio potente de organización popular, de construcción de redes vecinales. Quizás por eso para el partido socialista no eran un elemento a apoyar ni colaborar, todo lo contrario. El gobierno de Mariví ha ido dejando que, una a una, las fiestas de los barrios hayan ido desapareciendo o llegado a mínimos de expresión, haciendo que las asociaciones tuvieran que asumir cargas de trabajo y económicas que podrían ser perfectamente evitables.

Hay que combinar la fiesta con la seguridad, la legalidad y el descanso de los vecinos y vecinas. Hasta ahí estamos todas de acuerdo. Sin embargo, da la sensación que los trámites burocráticos que se implantaron hace tiempo más bien parece que son un elemento que no quiere ni puede combinarse con las fiestas, sino que pretende ahogarlas: el seguro de responsabilidad civil o el plan de evacuación, entre otros.

Estos dos requisitos que exige el ayuntamiento para la celebración de las fiestas deberían ser facilitados por la propia institución, como forma de compromiso, apoyo y fomento de las fiestas populares en nuestros barrios.

Dentro de la negociación presupuestaria para este año, el gobierno socialista se comprometió en una línea de subvención de 20 mil euros para ayudar a organizar las fiestas. Como viene siendo habitual, la palabra del gobierno socialista no puede tomarse en serio y sus compromisos son efímeros y sólo duran mientras les interese el voto positivo de los grupos de la oposición. A la hora de ejecutar esos compromisos, los ritmos van de forma diferente. Tan diferente que estamos en Abril y todavía no se iniciaron los trámites para que las asociaciones puedan solicitar esa línea de ayudas, dejando unos plazos casi imposibles para que puedan organizar de forma digna las fiestas.

Afortunadamente, vemos como el tejido social de nuestra ciudad y nuestros barrios no se cansa y frente a las trabas y problemas que desde el ayuntamiento se ponen para la organización de las fiestas quieren seguir trabajando por sus barrios y fiestas. Así, hay viejas asociaciones que siguen en pie de organización y, también, nuevas asociaciones de festejos y culturales que nacen con fuerza y empuje para volver a llenar nuestros barrios de fiestas populares.

Para Cambia Avilés, el tejido social, la organización popular y las fiestas de barrio son un diamante a conservar, mimar, ayudar y fomentar. Sin movimiento popular y vida en los barrios nuestra ciudad no tendría actividad ni dinamismo. Por eso, creemos que desde las instituciones se tiene que facilitar la organización de estas fiestas, colaborar en todo lo posible con las organizaciones y asociaciones que siguen creyendo en las fiestas populares y, para ello, un elemento que sería muy beneficioso, a la par que sencillo, sería disponer de un plan de evacuación y para toda la ciudad que se pudiera utilizar por estas asociaciones así como un seguro de responsabilidad civil.

Como casi siempre, todo es cuestión de voluntad política.

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