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Vita brevis

Razones para declarar una dictadura

Roma: uno de los precedentes de concentración excepcional de poder en una sola figura

El sistema de gobierno de los primeros siglos de Roma fue la monarquía, aunque ésta era bastante peculiar. Los reyes romanos ostentaban todo el poder religioso, militar y judicial. Naturalmente eran vitalicios, pero curiosamente su nombramiento era una combinación de ceremonias religiosas y aprobación por los comicios de los nobles romanos. Debían ser elegidos por los ciudadanos ilustres, aprobada esa elección por los dioses y ratificados de nuevo por los ciudadanos.

Con el séptimo rey los romanos quedaron hasta la coronilla de esta institución, que se hizo enormemente impopular por su despótico actuar, saltando la chispa cuando un hijo del rey violó a Lucrecia, una joven de buena familia, quedando impune por ese hecho al ampararlo su padre. Los romanos acabaron expulsando a ese rey, que pasó a la historia con el nombre de Tarquinio el Soberbio, estableciendo un sistema de gobierno republicano.

La República romana se organizó de tal manera que no existiera ninguna institución que pudiera acaparar tanto poder como sus antiguos reyes absolutos, por eso que los finos llaman la erótica del poder y que el vulgo traduce más comprensiblemente con aquello de que gusta más mandar que follar. Así que crearon numerosas magistraturas, generalmente duales, para que se limitaran las unas a las otras. Además, estos cargos tenían una duración limitada, que normalmente era de un año, tomando posesión el primer día de enero, que de ahí viene la cosa de comenzar el año en esa fecha. Mire usted por dónde que con un régimen así los romanos consiguieron conquistar casi todo lo que fue su imperio.

Naturalmente, no desconocían que, en ocasiones, era necesario que alguien ejerciera un poder más fuerte para adoptar decisiones rápidas y contundentes. De esta forma, la propia constitución romana preveía la posibilidad de crear en situaciones excepcionales el cargo de "magister populi", que traducido de los latines, es maestro del pueblo, más comúnmente conocido como "dictator", que como su propio nombre dice ha de traducirse como dictador.

Como tenían tanto repelús por los poderes absolutos, el nombramiento de dictador se proponía por el Senado y debía aprobarse por los comicios de los ciudadanos; la propuesta se hacía para una tarea determinada y nunca podía ser por más de seis meses. Aquello se desmadraría en los tortuosos años finales de la República romana, primero con Sila, que reformó la constitución romana, y luego con Cayo Julio César, que promovió ser nombrado dictador perpetuo, razón por la cual se formó un pronunciamiento de viejos republicanos que acabaron asesinándolo.

Un romano que se hizo famoso al ocupar la dictadura fue un tal Cincinato, que era un patricio que estaba retirado en su campiña en las afueras de Roma, después de haber sido cónsul durante un año, ejerciendo el cargo con gran eficacia. El caso es que unos pueblos vecinos invadieron Roma y le infringieron una grave derrota militar. Ante esa situación tan extrema, el Senado propuso nombrar un dictador y designar para ese cargo a Cincinato a quien, cuando se lo comunicaron, encontraron labrando sus tierras con el arado.

Aceptó el cargo, llamó al pueblo a las armas y, encabezando al ejército, consiguió derrotar a los invasores, tras lo cual y renunciando a los honores que le dispensaban, se retiró de nuevo a su finca. Ocupó el cargo seis días, cuando podía haber estado seis meses. A partir de entonces fue ejemplo y paradigma de las virtudes de los políticos republicanos, de tal manera que siglos después se fundó una ciudad en Estados Unidos con el nombre de Cincinati en su recuerdo.

En casi todas las democracias modernas también existe la previsión de otorgar grandes poderes a los gobiernos en casos excepcionales. Ahora y aquí estamos viviendo una de ellas, por razones sanitarias, de modo que estamos en una dictadura, que por otro lado es cosa buena para que los jóvenes sepan de qué va la cosa. Lo que me temo es que los actuales gobernantes no hagan al final lo mismo que Cincinato.

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