Es una de las canteras más prestigiosas de Gijón y de Asturias. De sus filas han salido grandes nombres y a su puerta llaman con insistencia en busca de nuevos talentos. Pero hasta este verano, no disponía de un césped artificial a su altura. Las lesiones se sucedían y el juego no era el que buscaba, aunque lo intentaba a pesar de los improvisados botes de balón. El nuevo césped de Covadonga, un sintético con homologación FIFA 5 de última generación, hace que el equipo gijonés pueda poner mejor en práctica su idea de juego en sus equipos de fútbol campo. "Siempre hemos intentado hacer buen fútbol, pero no se podía, ahora el balón va por donde debe de ir, pegado al suelo", destaca su presidente José Mariano Rodríguez Espinel.
El ansiado cambio llegó este verano tras varios años en decadencia, pero su nueva piel le ha sentado a Covadonga a las mil maravillas para nutrir a los diez conjuntos con los que cuenta, además del equipo de Regional Preferente que buscará una vez más dar el salto a la Tercera División.
"El objetivo es que todos los jugadores sigan progresando, que no exista un estancamiento y en lo deportivo tratar de que asciendan el equipo regional y el Juvenil B", confirma el máximo mandatario. La idea es que el club gijonés recupere así la Liga Nacional juvenil y se sume a las dos mejores categorías juveniles para seguir siendo un gran atractivo. "Ahora los entrenamientos tienen más calidad, hay menos lesiones musculares y eso se tiene que notar a la larga al final de la temporada", comenta esperanzado el presidente del Roces.
Con sus respectivos cuerpos técnicos titulados y con una disciplina ejemplar en el que lo primordial "es que sean personas y tengan la educación que se requiere por encima de que sean futbolistas", resalta José Mariano Rodríguez. En ese aspecto, el club se ha visto reforzado en los últimos años por la ayuda de un psicólogo para concienciar a jugadores y padres de la importancia del respeto y los valores del deporte por encima de cualquier resultado que se obtenga en el rectángulo de juego. La imagen del club gijonés es primordial e intachable hasta la fecha. Todo ello, sumado al impecable césped sintético hacen que el club gijonés se confirme como una de las canteras referentes asturianas, con Covadonga como escenario inmaculado de los jóvenes talentos.
