Ahora que parecen haber aflojado las coacciones derivadas de la pandemia aparecen voces que piden la dimisión del gobierno. No sé si alguien lo habría hecho mejor, pero lo que tengo claro es que esta misma gestión, hecha sin Unidas Podemos en la sociedad gubernamental, habría convertido las calles en un clamor. Por tanto, la sociedad con la ultraizquierda es para los socialistas, hoy, un éxito político. Con todo lo que se echa por la boca sobre la gestión del Covid-19 en EE UU, aquí superamos la ratio de infección de los americanos. Ningún país del mundo, salvo Islandia, tiene una razón tan elevada, próxima a cinco casos por cada mil habitantes. No sé si la infausta situación de la pandemia en España ha sido casualidad, pero en política incluso las casualidades tienen consecuencias. El interés por prolongar el estado de alarma hay quien lo ve más como interés por secuestro de cuerpos y libertades, que generarían serias protestas contra la gestión del gobierno, que por evitar rebrotes de la enfermedad, pues constatan que existen mecanismos legales para reducir movilidad y determinar medidas profilácticas sin necesidad de asumir el gobierno central el poder omnímodo. Al tiempo que me reía de la preguntaza a Irene Montero sobre la "Biopolítica Foucaultiana" pensé que verdaderamente todo parece indicar, como Foucault mantuvo, que el control de los individuos no se limita a la conciencia y la ideología, avanza hacia el control de su mismo cuerpo.
