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Cien años alumbrando la esperanza (y 2)

La unificación de las dos Brigadas de Salvamento tras la constitución de Hunosa, y el rescate del pequeño Julen

Debemos contextualizar, que en 1967, las grandes empresas mineras se unifican en la empresa pública Hunosa. Dentro de sus planes de reestructuración, se decidió unificar las dos brigadas en una, y así, el 5 de agosto de 1970, se disolvió la brigada de la cuenca del Caudal al ser la más joven de las dos. Un poco más tarde, en el año 1972, aquel ministro de la Fuente vincularía por primera vez salvamento minero y excelencia, imponiendo la Medalla de Oro del Mérito en el Trabajo a las asociaciones creada para tal fin.

Al año siguiente tendría lugar la última actuación de la brigada minera de Mieres como tal, actuando en la mina privada "Mariquita" situada en La Bárcena de Quirós. Este accidente sería consecuencia de una explosión, otra vez de grisú, la cual ocurriría a las dos de la tarde y a 150 metros de profundidad, entre las plantas cuarta y quinta de la explotación.

En el momento de ocurrir el siniestro trabajaban en la mina quirosana dieciocho productores de un total de cuarenta y cinco que componían la plantilla de la empresa. A consecuencia de la explosión perderían la vida seis trabajadores, ingresando un séptimo minero, de 26 años de edad en el Hospital General de Asturias con diversas quemaduras de pronóstico grave. Una vez conocida la magnitud del desastre, se presentaron en el lugar del suceso el Gobernador Civil de la provincia, el Coronel .Jefe del Tercio de la Guardia Civil, los Delegados Provinciales de Industria y Trabajo y otras autoridades locales. Este era el primer accidente de tal envergadura que se producía en la mina "Mariquita". Llegado a este punto, debemos matizar que el accidente se produjo momentos antes de salir el relevo y que los seis trabajadores fueron atrapados en el taller, casi cuando se dirigían a la bocamina.

En un primer momento, serían los mismos mineros de la explotación los que iniciarían el rescate, apareciendo en su auxilio para colaborar en estas labores mineros de otras minas limítrofes durante toda la tarde. Finalmente, intervendría la Brigada de Salvamento Minero de Mieres, bajo la dirección del ingeniero Armando Sáez. Lamentablemente, se dio la fatal coincidencia que dos de los fallecidos que trabajaban ese día en la mina lo hacían por primera vez, encontrando la muerte en su primera jornada de labor. Para colmo, uno de los fallecidos ya había quedado atrapado junto a otros compañeros el mes de agosto en la citada explotación saliendo ileso del trance en aquella ocasión.

Los primeros cadáveres serían sacados por el plano inclinado a partir de las nueve y media de la noche. Como suele acontecer, en las inmediaciones de la bocamina se congregarían numerosas personas, familias y amigos de fallecidos, produciéndose escenas de gran dramatismo.

Aquel desafortunado día, las líneas telefónicas de Quirós quedaron bloqueadas por las numerosas llamadas efectuadas para obtener información sobre el siniestro. Siendo destacado el positivo esfuerzo realizado por los responsables de la Compañía Telefónica en dicha ubicación por facilitarlas comunicaciones.

La mina "Mariquita" era una de las pocas explotaciones hulleras que no se pudo integrar en Hunosa, siendo de las escasas que sobrevivían en los concejos de Quirós y Teverga, teniendo en aquel momento unos 60 productores. Para rematar la faena, los cadáveres rescatados serian llevados al botiquín de la explotación, donde se instaló la capilla ardiente. Escaso tiempo después de este incidente, la brigada de Mieres se incorporaba íntegramente a la brigada de la Cuenca del Nalón. Por ese motivo el edificio de la brigada en Barredo sería vendido al último facultativo de ésta, Vidal Gutiérrez Cuesta, quien lo restauró para convertirlo en vivienda propia.

Es indudable que a partir de aquella catástrofe inicial de la mina Mª Luisa han sido innumerables las intervenciones mineras en las que ha participado la brigada. Aunque el apellido "minero" lo llevan escrito en sus monos y en su lema de "ningún minero se queda en la mina", lo cierto es que el tristemente fallecido Julen, el niño de tres años que cayó en un pozo en Málaga, no fue el primer "civil" del cual estuvieron encargados de rescatar, ya que tal y como consta en mi hemeroteca personal desde siempre se han ocupado de realizar cualquier tipo de rescates; desde operaciones de salvamento en túneles, trenes y zonas de difícil acceso. De igual forma, la buena sintonía y coordinación manifestada en Totalán quizás tuvo comienzo en el hermanamiento, relativamente reciente, realizado en mayo de 2008 entre la brigada minera y el Grupo de Rescate de Alta Montaña de Mieres, con un simulacro de rescate en altura en las instalaciones del pozo Fondón donde demostraron su buen feeling. Aun así, este accidente nos retrotrae a aquellas protestas mineras en las que jamás hubiéramos pensado que mineros y guardia civiles pudiesen trabajar juntos, codo con codo ¡Cómo han cambiado las cosas!

Como colofón a este breve recorrido que hemos realizado, debemos indicar que la Asociación de Salvamento en las minas está integrada por la administración del Principado de Asturias y diferentes empresas, aportando la primera el personal y las instalaciones, sin obviar una vez más su heroica labor mantenida a lo largo de más de un siglo, la cual ya ha sido reconocida en numerosas ocasiones, entre los que figuran la Medalla de Oro con distintivo azul del Mérito de la Protección Civil Española, concedida por el Gobierno central en 2007 y la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, concedida en 1972, también por el ejecutivo nacional. Así mismo, está en posesión de la Medalla de Plata del Principado, aprobada por el gobierno regional en 1990 y de la Medalla de Plata de Cruz Roja, otorgada en 2005 y quien sabe si acabarán desfilando por el Campoamor para recoger la estatuilla de Miró materializando el orgullo sentido por todos nuestros paisanos. Sirva por tanto este artículo como reconocimiento a esos hombres con mono y no con capa, y como no podía ser de otra forma también para ese "ángel" del cual seguro que todos queremos pensar que vino a este mundo a darnos una lección de todo lo bueno de lo que el hombre es capaz con su solidaridad, trabajando incesablemente por el prójimo, arriesgando incluso su vida. Adiós, Julen.

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