La tertulia del contenedor, nuevamente bajo mínimos. Tanto que somos sólo dos. Los demás están de vacaciones de Semana Santa y en las pegadas de carteles. Lo de la "semana" de Semana Santa cada vez se parece más a una quincena. Como los veinte días de campaña electoral, que más bien son dos meses que pesan como media vida.
A quién votar. Cada vez nos lo ponen más difícil. Al igual que internet produce una cantidad de información tan desmesurada que acaba uno aturullado, la quiebra del bipartidismo con decimales abre la puerta a tantas opciones políticas que el votante se bloquea, como el burro que muere de hambre al ser incapaz de elegir entre varios montones de alfalfa. Y esas mezclas: el forismo ortodoxo se une al PP mientras que su facción más encabronada se infiltra en Vox; y Podemos e IU, que se detestan mutuamente en Mieres y Asturias, marchan del brazo sólo en las elecciones generales. En las locales y autonómicas, a tortas.
Se nos acerca una paisana que exige poder votar a Vox a la alcaldía de Mieres. Gente con ese perfil no falta pero no creo que les apetezca vivir en constante estado de escrache hasta que pase todo esto. ¿Y por qué no se presenta usted, señora? Uy, qué va; yo estoy mucho más a la derecha.
Definitivamente abandonamos la idea de procesionar con nuestro contenedor. No tenemos personal. Les falta tiempo para largarse. Qué irritante costumbre esta de salir corriendo de Mieres. Y muchos, para nunca jamás volver. Menos mal que el padrón se está sujetando gracias en buena medida a una moderada inmigración de alta calidad, productiva, innovadora y cargada de valores. Claramente, nos mejoran, lo cual no es nada sencillo.
Un compañero de trabajo me acaba de mandar un mensaje: en el aeropuerto de Santander hay más asturianos que en todo Asturias. Será en lo único en que nos ganan. Cantabria no tiene túnel del AVE. Ni el Calatrava de Oviedo. Ni el metrotrén de Gijón. Quién necesita vuelos baratos.
