Están tan fuera de lugar, de tiempo, como de tiesto. Me refiero a dos asuntos bien distintos a los que une decisiones anacrónicas, extemporáneas. Resulta que ya iniciado 2019, los alcaldes denuncian que no se ha firmado ni uno solo de los convenios de los fondos mineros del periodo 2013-2018. Ni uno, ni siquiera pequeñito, cuando ya se rebasa todo plazo. Como si no fueran necesarios en este páramo de penurias. Quizá nos entretenemos con otra situación sorprendente: el rechazo a que se solicite la declaración de Patrimonio de la Humanidad para el edificio de la Universidad Laboral de Gijón por ser una construcción franquista. Se mezcla la belleza arquitectónica con la ideología fascista. Entonces derríbenla. Pero por esa misma razón no se podría escuchar a Beethoven porque era un cascarrabias con malas pulgas, dicen que insoportable. O destruir las pirámides mayas porque se sacrificaban a seres humanos. Las cosas deben volver al tiesto.
