Cuál es el origen del mal, dónde su causa o cómo aproximarnos a una leve comprensión de algo que resulta tan alejado de la propia humanidad que debería implicar la condición humana. Dónde la compasión o ausencia de esta y la falta de empatía, y cuál es el lugar exacto que ocupa esta sociedad o el devenir de esta en la creación y multiplicación de los asesinos múltiples. Claves fundamentales que el doctor en Psicología y graduado en Criminología, así como una de las autoridades más reconocidas en este ámbito, Vicente Garrido, intenta desvelar a través de estas páginas. Garrido ha sido consultor de Naciones Unidas y ha asesorado tanto a los servicios policiales como de justicia, estudiando al detalle cada caso y ofreciendo a través de sus libros diversas aproximaciones a una violencia que se presenta con diversos rostros pero siempre de un modo que nos sorprende y que no alcanzamos a comprender.
A través de diversos casos el autor disecciona con sumo cuidado la cuestión de la violencia y también la importancia del relato y la identidad: "Los relatos han sido también un instrumento esencial en el desarrollo cultural de la especie, y han ayudado a su propia supervivencia". El relato es parte fundamental del hecho y también de la identidad de quien ejecuta un acto tan incomprensible como un asesinato. Se analiza aquí principalmente no solo en la acción violenta o el final trágico sino aquello que propicia o provoca o se convierte en caldo de cultivo perfecto para que la violencia crezca y anide hasta desembocar en un hecho ya muy premeditado en diversos casos. Para ello es necesario hablar de características personales y de vicios y virtudes: la envidia, el narcisismo, la baja autoestima, el sentimiento de ofensa, la falta de empatía, la competitividad, la atracción o fascinación que provoca el mal? El autor señala: "En este libro he intentado poner de relieve que la violencia más extrema se relaciona de forma poderosa con la moralidad del ser humano. La mayor parte del mal es producto de que el asesino se cree con el derecho de actuar de forma destructiva, como acto de castigo o de represalia, ante un abanico muy diverso de supuestos ofensores". Imprescindible conocer el escenario que precede y ampara y necesario también, hablar del lugar que ocupan los medios de comunicación, los grupos sociales, la desigualdad y de un elemento fundamental: qué provoca realmente qué un ser humano se convierte en un asesino. Claves todas ellas fundamentales para afrontar una realidad que nos afecta a todos y que debemos afrontar como tal, aunque nos resulte del todo incómodo este mirar a los ojos a esa parte más oscura del alma humana. Comprender quizá sea el factor determinante para detener este crecimiento vertiginoso de un relato que ha de ser modificado por nuestro propio bien y por el bien común: "En la medida que el relato del bien se expanda mediante medidas culturales y políticas -apartando así a masas de gente a ser empujadas a abrazar la violencia como respuesta a sus frustraciones-, esta tendencia a la baja del mal puede continuar. Pero tampoco podemos olvidar que el relato del mal ofrece muchas recompensas y poderosos argumentos de atracción. Tenemos que estar vigilantes".
