En los últimos años es cada vez más apreciado el Tolstói ensayista -anarquista y cristiano- que denunciaba las injusticias de la propiedad, la miseria de los desposeídos, la complicidad del Estado o la inutilidad de movimientos revolucionarios que reproducen desde su germen mismo los mecanismos de la dominación. Ese Tolstói agrarista que, al igual que había hecho Thoreau en EE UU, alertaba sobre la esclavización a la que conducían las transformaciones económicas y sociales del siglo XIX. Sin embargo, en la década de 1930, cuando Stefan Zweig sufría el flagelo espiritual que le imponían el nazismo y el exilio, ese Toltói había sido olvidado. Zweig compuso entonces la esclarecedora antología La revolución interior, que precedió de un luminoso ensayo titulado "Tolstói, pensador radical". Conocimiento de sí, crítica de los tiempos y filosofía de la historia que parecen concebidos para el oscuro momento actual.
