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Pablo González

La hora de las estrellas

Jony y el "aquí se juega por rendimiento" de Baraja

Con la herida de la primera derrota de la era Baraja en El Molinón todavía abierta, al Sporting le toca rearmarse a la voz de ya y hacer balance de los daños para que lo sucedido ante el Barça B se quede en un accidente de chapa y pintura y no se convierta en un siniestro total. Toca chute urgente de biodramina para evitar los mareos del mal de altura que en las dos últimas jornadas ha afectado a los rojiblancos, centrarse en lo propio - que ya es bastante- y olvidarse de calculadoras, de cuentos de la lechera o de si el "Tebarato" ayuda a este o a aquel equipo de los Pirineos.

Llega la hora de que las estrellas demuestren por qué lo son. Valga como ejemplo Jony. Que la llegada del cangués ha cambiado radicalmente al equipo es evidente. Que su sustitución ante el Barça B desactivó el ataque rojiblanco, también. Que incluso jugando mal es capaz de meter y regalar goles no hay quien lo niegue. Igual de cierto de que Jony empieza a obsesionarse con ser el mocín de la película caiga quien caiga. Ahí está su pifia que dio origen al primer gol catalán o el mosqueo de Rubén García cuando le arrebató la responsabilidad de tirar una falta.

Alguien debería recordarle al muchacho que esto no es el PSG del lío de Cavani y Neymar por un penalti, que con lo de comer no se juega y aprovechar para ponerle aquel vídeo de la "Bola de cristal" de "sólo no puedes, con amigos sí", en el que un adolescente ochentero ejerce de portero, de jugador, saca los córners, los remata, los para? Y todo mientras que en cada jugada se tiene que enfundar la camiseta, rodilleras, guantes? dependiendo de la posición en la que juegue ese momento. Aunque puede que no haga falta si Jony capta el mensaje que le dejó Baraja al término del partido. "Aquí se juega por rendimiento", espetó el Pipo, que antes de realizar el cambio le avisó de que no se fuera muy lejos que lo iba a sustituir ante la incredulidad de su estrella. Tan incrédulo como se debieron de quedar muchos cuando Lora se convirtió en el cambio-revulsivo de Baraja para tratar de levantar el partido, cuando el mostoleño no había jugado ni un minuto desde que se lesionó en León allá por el mes de octubre. ¿Ataque de entrenador o agradecimiento a los servicios prestados por "Il Capitano" a la hora de hacer vestuario ahora que vive sus últimos días en el Sporting? Para bien o para mal es lo que hay cuando en el global de Baraja los resultados son positivos -aunque como insiste en decir Torrecilla, los balances a finales de curso- y el técnico tiene contrato para la próxima temporada, aunque ya se sabe que en el fútbol... Sea lo que sea, lo dicho, ahora es cuando a las estrellas les toca brillar, a los hombres de club hacer equipo y al sportinguismo creer que #sísepuede, aunque el Huesca siga puntuando.

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