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Fin de temporada

El Sporting y el Oviedo tendrán doble derbi la temporada que viene, en Segunda A y B

Ni las rebajas de moda esperan al día 1 de julio. El calendario ya no existe. En el fútbol toda relación empezaba y acababa a partir del 30 de junio. Que le vayan a Florentino Pérez con la cantinela de respetar contratos y plazos. Desde Figo a Lopetegui: me salto las normas, me río de los modos. El mercado está activo todo el año; no se baja el telón en ningún momento. Primero se agita por medio de los terminales mediáticos y redes múltiples. Un agente futbolístico no descansa nunca. En verano se gana el cocido en Ibiza o cercanías. El resto del año en restaurantes de postín en el foro madrileño. Con buen rollo, filtra por aquí y vendo por allá. Al de Guti le amargó la fiesta un tal Manolo Cano, entrenador del Atlético de Madrid juvenil. Cano está en la escala de "currante por el mundo del balón". Una especie que prolifera cada vez más. La revolución de los que pueden y cambian el fútbol cada año. Sorprende que sorprenda.

En las últimas temporadas a la mesa de Primera en España se han ido sentando invitados inesperados, novatos en la categoría: Eibar, Girona, Huesca... En todos esos vestuarios y banquillos había jugadores de la clase humilde. Que creyeron y pudieron. Compitiendo con jugadores de etiquetas de marca, bien representados, ganaron los humildes con fe. Como en este Mundial. Se confirma que el "hambre" de triunfos es un motivo superior. Los representantes de países emergentes amargan minutos, partidos completos, a las selecciones saciadas de triunfos e historial. La revolución de los que pueden, de las capas bajas de fútbol, ha venido para quedarse.

En la próxima campaña volverán a tener chascos importantes algunos de los grandes en la Liga. El Madrid, su plantilla, se reservó para el brillo de la Champions y pasó de Leganés y otras periferias. Alguna de sus figuras aún espera que el Mundial les añada más gloria y títulos individuales aunque se logren en un colectivo. Ya se encargarán los voceros de cantar y recordar sus glorias. Y si Iago Aspas marca de tacón que lo cuente Rita. O que se vaya al Madrid. ¿Quién es el Celta?

En Segunda esta próxima temporada, que comienza a activarse en un par de semanas, tendrá un nuevo equipo emergente. Uno por lo menos. El Huesca de turno: un equipo menor en tamaño de ciudad, estadio y presupuesto que se irá animando, jornada a jornada, hasta la promoción final. Incluso antes puede rematar la faena directamente.

En Asturias, donde las malas noticias son la energía de cada día, Sporting y Oviedo se volverán a ver las caras por partida doble: Segunda A y B. Triunfos de derbis que alimentan lo justo. Unas semanas de pique y luego a la cruda realidad: ganar al vecino alivia, pero no resuelve.

En el siglo pasado los aficionados asturianos se detenían ante el escaparate del Mundial y se fijaban en futbolistas de equipos del Este y de Sudamérica en busca de algún refuerzo para ver en El Molinón o Tartiere. ¡Qué tiempos aquellos de carbón y acero! Ahora lo que no produzca Mareo o Requexón, difícil que venga de importación. Siempre nos quedarán los nuestros. Si los cuidamos, claro. Si dejamos que te lleven a José Alberto o Rozada -excelentes planes B de banquillo técnico- ¿volveremos a mirar fuera lo que ya tenemos dentro si llegara una situación de emergencia? En los últimos años ya sucedió en ambos equipos.

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