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Eloy Méndez

Pase al hueco

Eloy Méndez

Los guisantes y el capataz

Cuatro motivos del fracaso de la gestión deportiva esta campaña

El presidente de un club de fútbol que elude responsabilidades deportivas es como un productor de guisantes que le echa toda la culpa de una mala cosecha al capataz por no haber regado bien la plantación. Ya que estamos en esas, ahí van cuatro motivos para que Miguel Torrecilla deje de cultivar la tierra tras su segundo año sin fruto.

1. El director deportivo mantuvo a Rubén Baraja en el banquillo después de que el entrenador diera muestras más que de sobra de haber perdido el control del equipo al final de la pasada campaña, con una bochornosa promoción de ascenso incluida. También se negó a echarlo antes del derbi de la primera vuelta. El resultado es conocido.

2. Ningún fichaje mejoró a los que se fueron en verano. Ni Djurdjevic ha marcado más goles que Santos (mejor obviar a Blackman), ni Cofie ni Sousa han rozado el nivel de Sergio Álvarez y Bergantiños, ni extremo alguno ha llegado a la suela de la bota a Jony y Rubén García. Aceptemos, con generosidad, que Peybernes hizo olvidar a Barba y que a Jordi Calavera no se le echó de menos.

3. Mareo no se ha notado. Al primer equipo han subido seis jugadores del filial, pero ninguno ha conseguido sobresalir ni, mucho menos, convertirse en el referente de la casa que la afición ansía. Falta planificación y apoyo.

4. La política de comunicación ha sido escasa y rocambolesca. Basta con visualizar la rueda de prensa que Torrecilla ofreció a mitad de febrero. Deja dos opciones: reír o llorar.

Si el "guisantero" mantiene al capataz que no sabe regar, ¿a quién culpará de todos sus males cuando termine la próxima campaña?

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