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Pablo González

EN TERRITORIO COMANCHE

Pablo González

Entre Flandes y Luanco

En La Guía ya pueden estar tranquilos, al menos los amigos que Miguel Torrecilla dejó en el barrio gijonés, donde se siguen sumando puntos sin haber arrancado la Liga. Y es que el salmantino ya no está en la cola del paro a la que fue exiliado tras acabar antes de tiempo su intensa experiencia en el Sporting. El director deportivo que llegó a Gijón con la vitola de Champions y que se fue sin honor ni gloria por la puerta de atrás, ha acabado el curso de flamenco que estaba estudiando y ahora tratará de profesionalizar la estructura de un modesto club de Flandes que milita en Primera. Suerte. Mientras, a no se sabe cuántos kilómetros del nuevo destino de MT, Javi Rico trata de hacer digerible la herencia recibida. Una historia inacabada de aquellos tiempos es la renovación de Nacho Méndez. El luanquín tiene desde hace meses una suculenta oferta encima de la mesa a la que no acaba de hincar el diente. Al mediocentro, por cuyas piernas, las de Pedro Díaz y Gragera debería pasar el futuro de la sala de máquinas rojiblanca, le ocurre lo mismo que a buena parte del sportinguismo: no acaba de entender cuál es el modelo del club, que suma dos directores deportivos y cinco técnicos en tres años. También pesa que en su puesto hay una sombra muy alargada como es la de Manu García. El traspaso del ex del City, íntimo de Nacho, despejaría el panorama. Pero todavía quedan muchos árboles que talar para poder ver el bosque entre Flandes y Luanco.

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