La Corriente (Sindical de Izquierda) quería que su abogada de cabecera, Marta Rodil, fuera la representante del ayuntamiento de nuestra populosa, alegre y confiada villa marinera en la fundación Cajastur y los del Podemos local con corriente, encantados de la vida, lo pactaron con los moriyonistas del gobierno municipal que tragaron con su cirujana al frente como unos benditos, lo llevaron en un ejercicio más de su pintoresca pinza y lo aprobaron en el plenario municipal. Con lo que no contaban es que Liberbank, entidad bancaria de la que la Fundación Cajastur forma parte, no tragara y, la misma fundación, por antiguos pleitos tenidos con la institución la letrada Rodil, no estuviera dispuesta ni de buen o mal gusto a degustar dicho sapo y vetaran la presencia de la letrada laboralista en el patronato. Pusieron los ediles conchabados el grito en el cielo, que si los intereses de los legítimos representantes de la ciudadanía se habían pisoteado y que si blablabla. Resultado, al juzgado. Sale ahora la sentencia que dice que el veto está bien puesto, al considerar que el consistorio gijonés no es miembro nato del patronato y no puede exigir el nombramiento de la persona designada, y el ayuntamiento a recurrir. Los del Podemos local, los mayores enemigos de Gijón, con sus cómplices del FAC moriyonista han perdido está primera batalla que gana la mayoría de los ciudadanos cabales que sólo esperan que en siguientes instancias se mantenga la ponderada sensatez de los juzgadores en beneficio de todos.
Los dirigentes socialistas siguen sumidos en la más completa confusión. Por ejemplo, el otro día, nos salió su máximo dirigente provincial, Adrián Barbón con que "el partido está claramente unido. El PSOE hace un año estaba completamente roto por la abstención que permitió la investidura de Mariano Rajoy y supuso un drama y hoy, sin embargo, el partido está unido": Un prodigio de unidad en la mediocridad. Pero Barbón, para defender su tesis, puso como prueba de esa cohesión que "toda la delegación asturiana, que es plural, votó a favor del nuevo reglamento en el comité federal". La conclusión, según él, es que "hoy estamos mucho mejor que hace un año". Si se cree de verdad lo que dice, es un pobre iluso. Si lo dice como respuesta política a una mala situación interna y frente al electorado, es una muestra de cinismo de marca mayor. Sea lo que sea, demuestra que no es de lo más recomendable para depositar en él la confianza política, cuestión de la que se ha percatado sin duda el presidente del Principado, Javier Fernández que el otro día, y por cuestión de palabras ofensivas destinadas a él en comentarios de dirigentes organizadores del acto, se abstuvo de acudir a la anual cita en el cementerio de Mieres en homenaje al fundador del SOMA, Manuel Llaneza. Para quitar hierro al asunto, la mediocre vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, trató de quitar tensión por la ausencia del presidente del Principado, contando que el gobierno socialista estuvo representado por el consejero de Empleo e Industria, Isaac Pola, y la directora general de Minas, María Belarmina Díaz. Llanamente nos contó que "el gobierno siempre ha estado en Manuel Llaneza, como no podía ser de otra manera ". Fingida inocencia en otra muestra de cinismo.
