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Profesor de Geografía e Historia

Chapuzas y corrupciones

Entre sediciosos tercos, Cristina Cifuentes y la Historia en Asturias

Ahora critican al tribunal alemán que ha denegado la extradición por rebelión violenta del prófugo de la Justicia española Puigdemont, dejándole en libertad condicional con una baja fianza. Es característica de los estados democráticos de derecho la separación de poderes, pero ello no impide que teniendo que respetar y acatar las disposiciones y sentencias judiciales no se puedan criticar razonadamente. En la medida que el delito de rebelión implica violencia y el de sedición no, el juez español se ha equivocado con una acusación chapucera a Puigdemont de rebelión violenta personal; rebeliones violentas fueron la del PSOE y CNT en 1934 y la de Mola, Franco y compañía en 1936. A las personas se les juzga por sus hechos, testigos y pruebas, no por suposiciones o instigaciones. Puigdemont es líder de la sedición anticonstitucional. Precisamente este año celebramos 40 años de la Constitución democrática por consenso de 1978. Consensuada entre más del 90% de los diputados, incluidos los nacionalistas catalanes.

Uno de los escándalos de estas semanas ha sido el del máster universitario de la presidente autonómica del PP de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Se han ido difundiendo tal cúmulo de irregularidades encadenadas, así dos asignaturas que cambiaron su nota de no presentado a notable dos años después, matriculación fuera de plazo, no asistencia a clases, el trabajo que no aparece, firmas falsificadas en las actas? que convierten el sainete, una vez descubierto, en una chapuza impresentable. Con tratarse de una cuestión particular tiene dos implicaciones políticas claras. La primera porque Cifuentes se presentaba como una renovadora para superar la época salpicada de corrupción entre los consejeros y colaboradores de Esperanza Aguirre, y la segunda porque precisamente el discurso educativo del PP se sustentaba en fomentar la cultura del mérito, esforzarse y aprender frente a la cultura del igualitarismo, gandulear y el subsidio. Cristina Cifuentes ha conseguido su máster a lo vago-flauta, cinismo cum laude.

En el ámbito educativo asturiano tenemos ya, después de las vacaciones de Semana Santa, el fin de curso en 2.º de Bachillerato (antiguo COU) y las pruebas consiguientes de la EBAU (antigua Selectividad) a la vuelta de la esquina. Hay dos aspectos del calendario escolar claramente mal planteados. Primero no se entiende por qué la distribución presuntamente trimestral de los periodos lectivos implica que en este nivel solo quede un mes de clase, de la segunda semana de abril a la segunda semana de mayo: ¿no podrían haber sido las vacaciones la semana de "Semana Santa" en vez de la posterior? ¿Y celebrarse las pruebas de acceso a la universidad dos semanas después en junio? El segundo asunto es el temario de Historia de España. Resulta que la asignatura tiene solo tres horas de clase a la semana, cuando la materia a abordar incluye desde Atapuerca hasta el siglo XXI. ¿No sería más lógico que con un contenido tan amplio y denso, Geografía tuviera tres horas de clase semanales y la Historia de España cuatro?

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