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Rector del Sagrado Corazón de Jesús

El cura que amaba descaradamente a los pobres

Memoria de San Vicente de Paúl y su entrega a los más necesitados

Vicente de Paúl comenzó el siglo XVII, exactamente en 1610, como lo hacían casi todos los clérigos, buscando un beneficio clerical para vivir sin apuros. Y lo consiguió. Le hicieron párroco de San Leonardo de Chaumes, en la diócesis de Saintes, y con este beneficio creyó alcanzar la meta de su sacerdocio.

Pero Dios, a los 37 años, le "sacudió" por dentro para cambiarle su alma mediocre. El primer golpe fue con el contacto con un célebre teólogo de la corte que se debatía en los horrores de la noche oscura. Acudió a confesarse con Vicente y éste no tuvo otra ocurrencia que ofrecer lo que tenía: su fe. Pidió a Dios que le trasladase la noche oscura del teólogo a su conciencia, y Dios lo escuchó: el teólogo curó, pero él pasó días interminables de incertidumbre y dolor. Una expléndida purificación.

El segundo fue el contacto con un pobre campesino moribundo que confesó con él pecados que jamás se había atrevido a confesar, y abrió a Vicente su alma destrozada de soledad y vergüenza. El tercero fue el contacto con la pobreza real y concreta en su parroquia campesina, de Clichy-la-Garonne, cercana a París.

El cuarto fue el trato con el "hereje de Montmirail", que le decía a Vicente: "¿Quiere usted que crea en una iglesia que abandona a los pobres, que mantiene en los miserables pueblos a unos pocos clérigos ignorantes y viciosos que sólo se ocupan de si mismos, mientras las ciudades están llenas de sabios clérigos que no hacen nada? ¿Esta es la Iglesia? Jamás lo creeré?" Vicente entendió el desafío y supo comprender la incoherencia de una Iglesia así. Y no hizo apologética de libro, sino de vida: y se entregó a los pobres.

Al final de su vida, escribió: "Hagamos lo que queramos: nadie creerá jamás en nosotros si no testimoniamos un amor y una compasión a quienes queramos que nos crean". Y Vicente se puso a la tarea de amar descaradamente a los pobre. Y si hoy el mundo es más vividero, se debe a hombres y mujeres como este. Benditos sean.

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