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Carta al amigo ausente

Nuevos escenarios

El avance imparable de las nuevas tecnologías, a las que hay que adaptarse con rapidez para no quedarse atrás

Si ya teníamos dibujado en nuestro esquema de adaptabilidad el tener que asumir contra reloj los cambios en nuestra forma de vivir, consecuencia del "boom" de la globalización y las megatendencias, vemos cómo casi en paralelo se entrelazan entrometiéndose sin darnos cuenta en nuestro futuro, los medios inteligentes, a través del ecosistema del hardware remoto, sin ni siquiera llamar a la puerta de entrada. Estamos dejado atrás la etapa aquella, que está quedándose en la trastienda, en la que afloró el renacer de las artes, la salida del letargo del socialismo de libre mercado, el nacionalismo cultural, el reconocimiento del liderazgo de las mujeres, la era de la biología, el culto al cuerpo, el renacer religioso como medio para un fin y hasta el triunfo del desarrollo de colaboración en equipos humanos.

Y así, observamos cómo nos estamos introduciendo con mayor o menor grado de adaptabilidad a una nueva era, con escenarios que no tenemos más remedio que asumir, porque los trenes de la convivencia hay que cogerlos a tiempo, pues tienen la mala costumbre de no esperar a los viajeros, a sabiendas que hay dos clases de seres humanos: quienes hacen la historia y quienes la padecen.

La personalización de los servicios adaptados a las necesidades de cada cliente, a través de la robotización y automatización, está transformando los pulmones económicos a través del big data, girando las reglas laborales con brújula cuyo norte queda únicamente señalado por el signo de la optimización. Ahí tenemos a Microsoft y Amazon con Azure y AWS.

Un pequeño recorrido por las transformaciones que tenemos ya en primera línea de las actividades principales de la sociedad mundial nos obliga necesariamente a no parar y subirnos en el vuelo que nos traslada a ese futuro cierto, a la vez que nos anima a reinventar cada nuevo día, transformando las amenazas que se nos plantean, como la oportunidades del futuro.

Y así, podemos observar cambios acelerados en actividades decisivas:

Las "compañías eléctricas y nucleares" están obligadas a modificar sus fuentes de energías actuales hacia las renovables. Con "Wikipendia" hemos despedido al diccionario. El "Email" destierra al correo postal. "WhatApp" amenaza de muerte a las compañías telefónicas. "Facebook" traslada a la trastienda los portales de contenidos. "Original y Nubank" amenazan de derribo al sistema bancario tradicional. "Zip Car" hace la vida imposible a las compañías de alquiler de vehículos. "Netflix" está dejando desiertos los videoclubes y cines. "Las redes sociales" eliminan los medios de comunicación. "Uber" amenaza a los taxistas. "Airbnb" tiene en vilo a los propietarios de hoteles. "Google" deja fuera de uso a las páginas amarillas. "Booking" hace que las empresas de turismo piensen en otra forma de actividad para subsistir. "Tesla" abre un antes y un después en el futuro de los automóviles actuales. Y un sinfín de actividades que podríamos añadir, para corroborar que cuanto tenemos en la actualidad como medios ordinarios de vida, están quedando obsoletos, obligándonos con presión continuada a tener que reinventar nuestras formas de vida y actividades futuras y sobre todo nos advierten que los empleos actuales no son eternos.

Y puestos a meditar sobre el futuro laboral, mi querido amigo, lo que más me preocupa en la actualidad es el triunfo del individualismo en detrimento de la fortaleza de los equipos humanos, con lo que el valor del talento, quizá se deteriore en su conjunto. Y cómo no, evoco la preocupación y advertencia que aquel profesor de Derecho Bancario de nuestra juventud que nos hizo comprender cuando te atreviste a preguntarle por qué tenía la balanza de la justicia un poco inclinada en su despacho? Su respuesta nos conmocionó y violentó nuestra inocencia social, al aclarar que era culpa de que en un plato de la misma había situado una moneda de 10 céntimos y la hacía balancearse, como a veces en la vida real sucedía con tan solo una pequeña cantidad de dinero. Si a partir de todos los cambios futuros, con la reinvención de tareas y actividades se consigue que el fiel de la balanza quede neutralizado, estoy seguro que el futuro será muy optimista, a pesar de los grandes cambios que tenemos iniciados en todas las actividades laborales

Nuestro futuro es ilusionante y apasionante, mi querido amigo, por eso seamos positivos ante el mismo, para así poder exaltar el pensamiento de Rabindranath Tagore: "No llores de noche por no ver el sol, pues las lágrimas no te dejarán ver las estrellas".

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