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La ventana

Lo que nos callan

Tengo entendido que en EE UU quedan reservas indias, supervivientes de la aniquilación perpetrada por la colonización europea. Ahora reciben un trato exquisito pues el atractivo de su cultura reporta un lucrativo turismo. Puede parecer exagerado pensar que el occidente de Asturias llegue a convertirse en una reserva, donde sus valores sean el bucólico paisaje, las salvajes playas, el folclore ancestral y las prácticas cinegéticas. Una situación así no se verá de forma inmediata pero la tendencia actual nos conduce a ese futuro desolador.

Todo el Principado va perdiendo posiciones respecto al resto de España, y el Occidente, respecto al resto de Asturias. Nada se consigue siendo pesimistas pero un optimismo ciego y sin fundamento conduce al fracaso. Ha desaparecido la minería, aquí desaparecen pueblos enteros. La siderurgia sobrevive con una amenaza permanente, aquí aguanta Navia y poco más. Es cierto que en el centro existen empresas pujantes que usan tecnología puntera y un personal altamente cualificado, salido de nuestra, nunca bien ponderada, universidad. Tampoco es desdeñable el chosco de Tineo, las ostras de Castropol, las galletas de Luarca o la miel de Boal. Todo eso en su conjunto representa una mínima actividad y significa un tímido aliento de aire fresco ante la asfixia que soportan sectores de producción tradicionales como la agricultura, la ganadería o la pesca.

En este punto cabe preguntarse si esto sucede por un castigo divino o por un maléfico hechizo. No nos dejemos engañar, nada sucede por azar. Hay quien decide por nosotros cómo será el futuro de Asturias, de España y de Europa. En el centro de operaciones no solo están los políticos también están quienes mandan sin gobernar.

No es casual que la prometida carretera Navia-Boal-Grandas haya desaparecido de los planes del gobierno regional, es un empujón más para despoblar toda esa cuenca. Poco a poco, paso a paso, todos consumimos diariamente productos agrícolas de procedencias de los más llamativas. Sin reproche aceptamos acudir a consultas médicas de especialidades en Avilés y en Oviedo y Jarrio se resiente. Ya no hay ninguna duda, la vía férrea que nos cruza existe tan solo por su uso turístico. Apostar, como se hace, por la llamada Área Metropolitana, va a significar olvidarse de resto de Asturias. Soñar que pueda darse otro caso como el de Anleo es pura fantasía.

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