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Las escuelas de Salas

Una propuesta para que las aulas rurales acojan a los alumnos del concejo durante la pandemia

Andan estos días los responsables regionales de la educación primaria reorganizando el nuevo curso escolar que se tiene que regir por una normativa sanitaria debido a las circunstancias actuales. No tienen aún decidido el número máximo de alumnos que pueda acoger cada aula y, naturalmente, no se va a disponer de espacio para todos con las instalaciones que eran habituales antes de la pandemia.

Hay en Asturias un buen número de pueblos que conservan sus viejas escuelas. Y en este de Salas, en concreto, se han restaurado y por tanto están en perfecto estado de revista las de Malleza, Villarín, La Arquera, Mallecina, Priero y Lavio, por lo que se refiere a la zona alta del concejo, así como las de La Espina y Cornellana, ya con un censo de población de mayor relieve. También hay escuela en Brañasivil, pero no hace mucho tiempo que hemos estado en ella y necesitaría una reparación de urgencia, ya que por el cielo raso casi se ve la luna. La de El Pevidal también está bien conservada y pertenece a la zona de montaña del concejo. Y ya a más bajo nivel geográfico, y así a vuela pluma, se podría contar con las de Villazón y Soto de los Infantes. Esas viejas escuelas recuperadas por asociaciones de vecinos y Ayuntamiento albergan actualmente centros sociales y de reuniones vecinales, y en el caso de La Arquera cuenta con una biblioteca pública con miles de volúmenes recogidos por toda Asturias y salvados del saco de la basura o del fuego.

Estas escuelas de Salas -me consta que sucede lo mismo en otros muchos concejos del área rural asturiana-, y mientras la pandemia no desaparezca, podrían acoger a los alumnos de primaria de una muy amplia comarca rural del concejo salense, con lo que se aliviaría mucho el censo de escolares de la villa. En el caso concreto de la escuela de La Arquera, su Asociación de Vecinos "Los Picos" conserva las mismas mesas, sillas y encerados que utilizaban los escolares hace medio siglo. De un día para otro estaría lista para reabrirse. Se necesitarían, de cara al frío, un par de radiadores eléctricos, ya que la instalación hecha en su día por el Ayuntamiento de Salas tuvo la previsión de dejar hasta los enchufes instalados. Solo hace falta que nos manden al maestro. Y sería recibido, al no poder abrazarle por aquello de la distancia mínima, con voladores.

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