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Los añejos problemas del agua en Ribadesella

Un servicio público con distintas etapas desde el siglo XVIII

Hasta hace sólo unas décadas las dificultades de suministro de aguas en la villa riosellana se habían convertido en endémicos. En su artículo publicado en la revista local "La Plaza Nueva" (mayo 1998), el investigador Juan José Pérez Valle nos ofrece una interesante visión retrospectiva del "gran quebradero de cabeza de casi todas las corporaciones (?) de intentar paliar la escasez de agua en la capital municipal" (obra citada y sucesivas).

De muy antiguo los riosellanos se surtían bien sea de pozos particulares o de tres fuentes públicas ubicadas en la Plaza de la Iglesia, en el Pixuecu y a los pies de El Corberu. El progreso y el consecuente aumento demográfico iban a cambiar drásticamente esta situación. Las mejoras en la traída y distribución del agua en Ribadesella se podrían dividir en ocho etapas.

1. En 1784 comienzan las obras de construcción del puerto, y se considera que las fuentes hasta entonces en uso no van a abastecer adecuadamente a los buques que atracarán en el muelle, así como al desarrollo industrial que se va a producir. Con el fin de recabar fondos para efectuar una traída de aguas a la villa desde Truyes, en 1800 se crea un arbitrio municipal de 8 reales por cada cántara (16 litros) de aguardiente que se venda en el concejo. Lamentablemente, la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas da al traste con el proyecto.

2. Ya muy entrado el siglo XIX, con el avance de las obras portuarias y el crecimiento de la población se estudian nuevos suministros hídricos. A fin de generar recursos para sufragar las obras de traída desde la Fuente de la Monjosa y La Teja (Llovio), se procede a la venta de los nuevos solares ganados a la ría del Sella durante la cimentación del puerto. Se construye una fuente pública junto al por entonces puente de madera y otra de cuatro caños en La Plaza Nueva; asimismo, se edifica un lavadero público a la salida de la villa (actual solar del cuartel de la Guardia Civil).

3. Las necesidades de abastecimiento siguen aumentando con el crecimiento demográfico, y a principios del siglo XX se manifiesta nuevamente la escasez de agua. El Ayuntamiento autoriza una derivación de agua del Tinganón, y para ello se decide privatizar el servicio en favor de la Sociedad Acueducto de Ribadesella, representada en el pueblo por José Blanco Junco y Teresa de la Villa. La Sociedad se encarga de la gestión y administración del suministro, así como de la construcción de un nuevo depósito en el Cueto de San Juan y cinco nuevas fuentes, una de ellas en la playa.

4. No obstante, la Sociedad concesionaria es incapaz de garantizar la provisión adecuada. La escasez de agua se va agravando hasta el punto de solicitar a los FF.EE. que dispongan de vagones cisterna para surtir a los barcos e incluso al pueblo en caso de necesidad. Pese a la reticencia de los vecinos de Berbes, en 1925 la Corporación Municipal pone en marcha una nueva captación desde el manantial de Les Fontines. La nueva traída se inaugura por todo lo alto mediante gran festejo con banda de música, misa en Berbes, banquete en el restaurante El Apolo y romería hasta altas horas de la noche. Con el fin de paliar las necesidades hídricas durante el verano, en 1936 se construye un depósito en Ardines que nunca llegó a funcionar por causa de la Guerra Civil; asimismo, la destrucción del puente de hierro durante la guerra corta el suministro desde Berbes, lo que provoca que de nuevo se recurra provisionalmente al agua del Tinganón.

5. La escasez de agua se va a agudizar en 1955 hasta el punto de que no llega a los pisos altos durante el estío. En este caso es el Consejo de Ministros quien se encarga de la renovación del surtido de aguas desde Berbes, pero la baja capacidad del manantial y la mala distribución ácuea no consiguen paliar los problemas de abastecimiento. A pesar de la construcción de dos nuevos depósitos en La Cuesta y La Moría, se siguen produciendo frecuentes cortes de agua.

6. Según Pérez Valle, "el final del verano del año 1974 fue especialmente dramático. Los vecinos tuvieron que desplazarse a los arroyos del concejo en busca de agua y la villa tuvo que ser surtida durante 21 días mediante cubas por los bomberos de Gijón. Patética la escena de las colas de los vecinos tras las cubas con todo tipo de cacharros para hacerse con unos litros de agua. Algunos hoteles se vieron precisados de hacer la comida con agua embotellada y las cafeterías apenas podían servir cafés, lo que provocó una desbandada de veraneantes por no tener agua ni para lavarse".

Ante esta situación, los ayuntamientos de Llanes y Ribadesella conciertan utilizar las aguas del río Ereba y del arroyo Fuente Friera (ambos en Llanes); sin embargo, al poco tiempo el ayuntamiento llanisco cambia de postura, lo que da al traste con el acuerdo. La crisis es tal que el Alcalde, a la sazón Ángel Arias Ballesteros, comprometido en zanjar el problema del agua, presenta su dimisión. Finalmente, se recurre a repartirse el agua del río Guadamía entre ambos concejos.

7. Aunque en 1988 se recurre al manantial de Fríes-Santianes, lo cierto es que una gran sequía provoca que los manantiales se queden prácticamente secos, y se siguen generando problemas de abastecimiento. Los continuos cortes de agua y la prohibición de regar jardines y lavar coches caracterizan a un municipio que intenta vivir del turismo. La solución final vendrá del manantial ubicado en la zona de extracción minera de El Frondil, en Berbes.

8. En 1996 la Consejería de Fomento se encarga de la renovación de la red de distribución de la villa y su saneamiento, y el Ayuntamiento privatiza de nuevo el servicio en favor de la entidad Asturagua; asimismo, la instalación de contadores donde no existían reduce notablemente el consumo y el derroche de agua. Todo ello redunda en una notable mejora del servicio. Pérez Valle manifiesta que "fue el primer año desde mucho tiempo atrás en el que no hubo escasez de agua durante el verano, ni siquiera en los pisos más altos de la capital municipal".

En la actualidad tres son las zonas de captación de aguas en Ribadesella: Guadamía, Fries-Santianes y Berbes.

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