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El Puentón

La opción de ceder la carretera a los Lagos

El Ayuntamiento tiene que entrar en el reparto de la golosa "tarta" del Plan de Transporte

Vamos camino de entrada en 2020 y los asuntos viejos suelen saltar a la palestra como por arte de magia. Me refiero a lo que pasa o acontece en la gestión del antiguo Parque Nacional de la Montaña de Covadonga, uno de los más visitados del país. Unos por otros y la casa sin barrer. No hace falta echarles la culpa a otros, sino que la responsabilidad plena la tiene, desde hace tiempo, el Ejecutivo del Principado de Asturias. Otra cosa distinta es que los dirigentes al uso quieran reconocer la actual dejadez en ese espacio natural protegido.

Hay una cosa preocupante, sobremanera en lo que compete al concejo de Cangas de Onís. Y es que resulta imperdonable, pese a la cantidad de hectáreas aportadas para uso y disfrute de todo el mundo, que apenas perciba beneficio económico por parte de aquel gigante empresarial que saca jugosos beneficios por subir a decenas miles de viajeros en apenas unos meses (casi 300.000 sólo en 2019) al área de Buferrera, en la vertiente canguesa del actual Parque Nacional de los Picos de Europa. No se puede mirar hacia otro lado.

Se habla de la escasez de recursos de los que dispone ese controvertido parque nacional para atender las reivindicaciones de los ganaderos y, por supuesto, también del sector turístico. Pero, a estas alturas de la película, todo ello resulta cansino, sin respuesta y, mucho menos, sin solución a medio plazo. El argumento apunta a la falta de dinero, algo a todas luces repetitivo desde hace muchos ejercicios. Parece que la situación está abocada al hundimiento del mismo, al más absoluto de los ostracismos.

Desconozco hasta qué punto sería interesante asumir por parte del Ayuntamiento de Cangas de Onís la cesión de la carretera C0-4, que une Covadonga, a la altura de El Peregino, con el área de Buferrera y, al mismo tiempo, con Vega La Tiese. Una titularidad que ostenta el Principado de Asturias. ¿Cuál sería el motivo? Estudiar la viabilidad de gestionar ese trazado para sacar unos cuartos que repercutirían en los servicios y equipamientos del Parque Nacional de los Picos de Europa. ¡Ojo!, de la vertiente canguesa.

Ha llegado el momento de replantearse el actual modelo y el Ayuntamiento que preside el popular José Manuel González Castro debería dar un paso al frente para poner sobre la mesa una solución a la actual desidia. No es un tema baladí, pues se trata de apostar por el futuro turístico de la comarca. ¿Pros y contras? A favor, imponer una tasa por turista o vehículo que preste servicios dentro del operativo del Plan de Transporte, tanto buses como taxis; en contra, correr con el mantenimiento de la susodicha carretera en las cuatro estaciones.

No hace mucho se "ideó" la barrera de acceso a la CO-4, así como las diversas pantallas informativas (?) instaladas en varios puntos de la zona, como la panacea para regular el tráfico. En mi opinión, pese a los 400.000 euros invertidos, creo que ha sido un fiasco. Y es que, sin operarios controlando el dichoso sistema en El Peregrino, en Covadonga, el artilugio de marras se convierte en un verdadero fiasco, incluso por el deficiente conteo de vehículos con rumbo a Buferrera, pero, en la mayoría de los casos, aparcan donde les viene en gana.

Cangas de Onís debe beneficiarse de la "tarta" del Plan de Transporte a Los Lagos y un pellizquín de ese pastel debe salir de los usuarios que contratan servicios públicos, léase buses-lanzadera o taxis, sean de Cangas o procedan del Extremo Oriente. Por eso, y visto cómo se ningunea al Ayuntamiento, para nada sería descabellado plantear al Principado de Asturias el estudio de la cesión de la CO-4, pasando de ámbito autonómico a local. Ya basta de que otros perciban pingües beneficios; en tanto, el erario público cangués recibe unas migajas.

Para nada se pide salirse del Parque Nacional, sino de pedir lo que de justicia les corresponde. El único futuro que aguarda a esta comarca de los Picos es el turismo. No hay otra fuente de riqueza. Y lo que no podemos obviar es que Cangas de Onís debe ser más exigente en ese punto, sobremanera cuando la dejadez en la gestión del espacio natural protegido otea un horizonte bastante negro a largo plazo. No se pueden bajar los brazos, pero sí se puede izar y enarbolar la bandera de un modelo sostenible que repercuta más y mejor en las arcas del propio Ayuntamiento.

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