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Graduaciones escolares a precio de boda: entre 50 y 300 euros por la fiesta de fin de curso

Vestidos, trajes, complementos y cenas para celebrar desde el paso de Infantil a Primaria hasta el final de una licenciatura universitaria

Un hombre coloca la corbata a un graduado. LUISMA MURIAS

Vestido o traje, complementos, cena, baile, copas y, en algunos casos, regalo. No son los ingredientes que tiene que tener en cuenta un invitado a una boda, que también, sino lo que llevan preparando durante semanas los estudiantes que estos días terminan algún ciclo formativo, desde Infantil hasta universitario.

Gastos que pueden oscilar entre los 50 euros de la graduación de un niño de 5 años que acaba Infantil hasta los 300 euros, ahí ya alcanzamos "el precio" de una boda, que le puede costar la fiesta de fin de curso a un universitario.

Sandra González Salas acaba de terminar Magisterio en la Facultad Padre Ossó y ha sido comedida en el gasto, "unos 200 euros", en los que incluye "la ropa comprada un mes antes de la graduación" y los 80 euros de la cena con barra libre y música hasta las cinco y media de la mañana en el Castillo de la Zoreda con bus de ida y vuelta a Oviedo. Sus compañeras de promoción, Alba Testón y Celia Bernardo, se han gastado un poco más, "entre 250 y 300 euro con cena, vestido, pendientes y zapatos o sandalias". Pero "como la ropa la compramos hace un par de meses el gasto se diluye más".

Lo tienen más complicado los profesores, especialmente las profesoras, que acuden a la graduación de sus alumnos todos los años y también tienen que ir de tiros largos. Y no pueden repetir de un año para otro. Una estudiante se gradúa una vez en la vida, pero una profesora acude a esa ceremonia curso tras curso.

La cena, espicha o reunión gastronómica de cualquier tipo es la guinda a las graduaciones. Los hosteleros aprovechan el tirón, "que ayuda a levantar noches en las que habría poca clientela, como puede ser un jueves", pero reconocen que "los jóvenes vienen con menús cerrados y muy ajustados de precio". La Asociación de Hostelería y Hotelería de Asturias, OTEA, ve "poca incidencia en los locales de copas" debido a que las cenas se alargan hasta la madrugada en los restaurantes de la celebración.

Las graduaciones se han ido un poco de las manos en cuanto a celebración, aunque en el auditorio Príncipe Felipe, donde tiene lugar la mayor parte de los actos, han notado que en los últimos años "se ha bajado un poco el pistón", no tanto en la cantidad como en la parafernalia que las rodea.

Las graduadas van a la moda -"este año se llevan mucho los monos"- desvela Sandra González Salas, y sólo hay que echar un vistazo a los pasillos del Auditorio para ver que es así. No se trata de alta costura. La mayor parte de la ropa que se luce ese día está manufacturada por la gente de Amancio Ortega. Luce, está de moda y no es cara.

La parte social es importante, pero lo que marca la graduación es el tránsito de un ciclo formativo a otro y ahí es donde las asociaciones de padres son comprensivas. Clara Díaz, presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres "Miguel Virgós", aprueba "que sea reconocido el esfuerzo de los alumnos al final de cada etapa".

Las familias son conscientes de que "supone un esfuerzo económico", pero lo reciben sin queja "y con satisfacción" por el esfuerzo que han realizado los alumnos. "El desembolso económico no se hace de mala gana", insisten desde la "Miguel Virgós", porque "a los alumnos los emociona, y a las familias, también". Las asociaciones de padres reciben más quejas por los viajes de estudios, "que parecen viajes de novios", que por las graduaciones.

Para las fiestas de graduación no hay distinción entre centros públicos y privados. Desireé Fernández es la presidenta en Asturias de la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa) y también es presidenta de la AMPA de Colegio Amor de Dios de Oviedo. Acaba de organizar la graduación de los alumnos de Infantil y bromea, "cuando tengamos que organizar la comunión nos vamos a quedar cortos". Lo único que han hecho es preparar un acto en el salón de actos del colegio y un pincheo en el patio. En el caso de los alumnos de la ESO la cosa ha ido un poco más allá "porque luego se fueron juntos a cenar", pero no hubo trajes de gala, "se graduaron todos con el uniforme del colegio". Luego se vistieron "de bonito" para esa cena.

Fernández ve este tipo de actos como una oportunidad "para que los niños y las familias compartan un rato". Con testigos, porque la AMPA contrató a un profesional que se encargó de hacer las fotos y el vídeo. Lo pidieron y pagaron las familias para tener un recuerdo bonito. Como pagan entre todos, es poco dinero.

Es la tradicional fiesta de fin de curso, pero, al cerrar un ciclo con la graduación, al jolgorio escolar se suma el acto social, casi como aquellas antiguas puestas de largo.

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