Acertado planteamiento global, considerando que todavía queda pendiente de ejecución la segunda fase. La nueva imagen dota a la institución museística de una mayor presencia urbana. El edificio se inserta en el tejido histórico dialogando con las fachadas de los edificios preexistentes, sin interferencias, delimitando nítidamente las dos arquitecturas. Una expresividad que alcanza mayor intensidad en la cubierta, donde ya no existen las "ataduras" de los muros de las viejas construcciones. La intervención, arriesgada en sus planteamientos, se resuelve con destreza. La complejidad que muestra el exterior del edificio se atempera atravesando el atractivo espacio que separa el cerramiento de vidrio de las fachadas primitivas. El cuidado tratamiento de la luz natural, la claridad organizativa que procura el patio central y la escalera lineal que conecta las tres plantas del edificio crean un clima idóneo para gozar de los fondos.