Madrid, Carlos MÍNGUEZ

En seis años, entre 2001 y 2006, la venta de discos en España ha caído más de la mitad, y mantiene un ritmo de descenso imparable, que dibuja un negro panorama y un futuro más que incierto para las discográficas que continúan abiertas a pesar de las dificultades. Un tercio de las compañías que operaban en nuestro país a comienzos del nuevo siglo se han visto obligadas a cerrar o a fusionarse con otras más potentes, y las cerca de doscientas que todavía hoy hacen frente a la crisis han reducido sus plantillas a la mitad.

«Sí, el panorama es negro», reconoció a «Efe» Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, asociación que aglutina a los productores discográficos españoles y que representa al 93% de la industria musical.

El sector, tanto el discográfico como el de conciertos, da trabajo a 60.700 personas, según la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), y supone el 0,10% del producto interior bruto (PIB) español.

En 2001 se vendieron en España 78,9 millones de CD, que en 2006 apenas llegaron a 40, lo que supuso una facturación que cayó hasta casi los 345 millones de euros. Y la previsión para 2007 es un nuevo descenso en torno al 15%. Santiago Ureta, presidente de la Asociación de Música en Internet (AMI), lo tiene claro: «el CD y el DVD tienen los días contados. En dos o tres años el CD tendrá una presencia apenas testimonial».

Guisasola confía en que esto no ocurra, porque cree posible la convivencia entre el soporte tradicional, el CD, y el mundo digital, por el que han acabado de apostar «de forma decidida» las discográficas, aunque con unos resultados, en los tres últimos años, que no son los esperados.

Según la SGAE el incremento de la venta de música digital -un 5% el año pasado- «no compensa las fuertes caídas de las ventas de soportes». Esas ventas se repartieron mayoritariamente entre «ringtones» telefónicos (32%) y «singles» descargados a través del móvil (31%).

«El año pasado en España se descargaron de la red de forma ilegal 850 millones de canciones, frente a los tres millones legales. El disco ha dejado de ser un negocio rentable». En 2004 las descargas ilegales, según Promusicae, sumaron más de 350 millones.

Reinventar el negocio

Ante tal panorama nadie en el sector duda de la necesidad de reinventar el modelo de negocio, con internet como principal protagonista, ya que la grabación, promoción y distribución pueden hacerse desde cualquier equipo informático, por modesto que sea.

Eso hacen ya más de doscientos mil músicos independientes españoles -«incluso podrían ser más», afirma el presidente de AMI, Santiago Ureta-, que distribuyen y promocionan su música en la red a través de sistemas de descarga gratuita, bien en su propia «website» bien en «sites» que publican las canciones bajo licencias «copyleft». Un sistema que ya utilizan más de cuatro millones de artistas en todo el mundo, asegura Ureta.

Son músicos que generalmente no están asociados a ninguna sociedad de gestión de derechos de autor y que desean tener el control de su trabajo. Antes han estado en las discográficas mostrando sus maquetas, sin mucho o ningún éxito. Ahora siempre habrá alguien que los escuche. «El fenómeno evoluciona de manera impresionante, porque cuanta más música hay disponible en la red, más usuarios tiene. Al mes hay más de tres millones de visitas y de descargas bajo este sistema», dice el presidente de AMI.

El modelo de consumo «está cambiando», dice Ureta, que ve próximo el momento en el que el único medio que garantizará a un artista la rentabilidad serán los conciertos. «Alejandro Sanz gana más en sus actuaciones en directo que con la venta de sus discos».