Los Ángeles,

Antonio MARTÍN GUIRADO

La amistad de más de 20 años que une a George Clooney y a Renée Zellweger se transforma en química y magnetismo en la pantalla gracias a «Leatherheads», la tercera película como director del galán por excelencia de Hollywood, que se estrena mañana en EE UU.

Tras sus anteriores experiencias detrás de la cámara, en «Confesiones de una mente peligrosa» (2002) y «Buenas noches, y buena suerte» (2005), en las que se reservó papeles secundarios, ahora Clooney pone toda la carne en el asador y se arriesga con el papel protagonista en una cinta deudora de la comedia clásica estadounidense.

«Es cierto, plagio a Howard Hawks y Preston Sturges -directores de la etapa dorada de Hollywood- de forma clara, aunque preferiría decir que los homenajeo», admitió entre risas el intérprete durante la presentación del filme en Los Ángeles.

Ya más serio destacó el cuidado que tuvo durante el rodaje del film para «no caer en la simple imitación».

Además, «siempre es complicado dirigirse a uno mismo, porque hay mucho narcisismo en ello», admitió. «Dirigir es una auténtica montaña rusa». En «Leatherheads», ambientada en EE UU a comienzos de la década de los veinte del siglo pasado, Clooney interpreta a Dodge Connolly, un emprendedor jugador de fútbol americano que convence a una estrella de la Liga universitaria (John Krasinski) para unirse a su equipo y reclamar la atención que ese deporte merece.

En su intento conocerá a la periodista Lexie Littleton (Zellweger), cuya misión es investigar el pasado aparentemente brillante del joven.

En el camino Littleton mantendrá una lucha de egos con Connolly, en un perfecto ejemplo de «screwball comedy», nombre por el que se conoce a las cintas románticas en las que la pareja protagonista se enamora sin remedio a pesar de las diferencias que los separan. «Dodge es un papel que quería interpretar desde hace mucho tiempo, y pienso que yo era el tipo ideal para llevarlo a cabo».

El ganador del «Oscar» al mejor actor secundario en 2006 por «Syriana» aseguró que después de rodar esa película, tras filmar «Buenas noches, y buena suerte», sólo le llegaron ofertas para interpretar a «tipos repletos de problemas», por lo que decidió alejarse totalmente de esos temas.

Para ello encontró inspiración en cintas clásicas como «Historias de Filadelfia» (George Cukor, 1940), «Un gran reportaje» (Lewis Milestone, 1931) o «El castañazo» (George Roy Hill, 1977).

«Miro atrás porque me encanta ese tipo de cine, me hace reír y creo que ese estilo es ideal para la comedia. Es cierto, no quiero crecer», dijo Clooney, quien explicó que se decantó por Zellweger porque posee una apariencia «no necesariamente contemporánea».

«¿Dijo eso?», preguntó la actriz a su llegada. «¡Qué majo!», agregó. «Es tan inteligente, es mi héroe. Me encantaría tener su gracia, me esfuerzo todo lo posible por lograrlo», añadió.