Síguenos en redes sociales:

"Este certamen es más heterogéneo de lo que parece, sólo hay que liberarse de prejuicios"

"Nos hemos desarrollado más allá de nuestras posibilidades, a sabiendas de lo limitado del presupuesto"

"Este certamen es más heterogéneo de lo que parece, sólo hay que liberarse de prejuicios"

José Luis Cienfuegos, director del Festival Internacional de Cine de Gijón

En su despacho de la Casa de la Palmera de Gijón remata los últimos detalles del que será «un festival lleno de nuevas miradas; lleno de amor y de furia». , define así la que será la 48.ª edición de un certamen que ha visto recortado un 10 por ciento su presupuesto respecto al año pasado (la partida es de unos 850.000 euros) y tendrá un día menos de duración. «Habrá 171 películas y 249 proyecciones», argumenta Cienfuegos para demostrar que el ciclo gijonés combate la crisis y busca seguir evolucionando para «huir de etiquetas y recibir a un público heterogéneo», algo que hará del 19 al 27 de noviembre.

-¿Es posible regatear a la crisis y hacer un buen festival?

-Lo hemos construido en unos tiempos complicados y desde la rabia de elaborarlo con calidad, rigor y contenidos, que transciendan a la frivolidad, dentro de la contención y sobriedad que siempre seguimos. A sabiendas de lo limitado del presupuesto, tenemos que ofrecer a los espectadores las mejores películas en las mejores condiciones. El digital está ahí, y nosotros tenemos que ofrecer ya no sólo la proyección clásica de 35 milímetros, sino también dotar tres salas como este año con tecnología de alta definición.

-El espíritu, sin embargo, no se pierde.

-Es un festival muy contemporáneo; si alguien quiere conocer lo nuevo que se está haciendo ahora en cine, aquí podrá encontrar algunas cosas.

-¿Está satisfecho con la evolución que ha experimentado el certamen en los últimos años?

-Si entendemos como evolución la capacidad de conseguir un festival con credibilidad, pues sí, estamos satisfechos. Sin embargo, no tanto en cuanto a que se ha ido desarrollando más allá de sus propias posibilidades. Hemos tenido más de 70.000 espectadores los últimos años, con una repercusión nacional e internacional muy potente pero trabajando con unos medios muy escasos, y este año lo estamos notando. Es el momento de parar y pensar qué puede ocurrir después del 29 de noviembre. Valladolid tiene 3 millones, Sevilla 2,5, Sitges pasa de los 3. Bueno, eso es lo que hay.

-Parece molesto. ¿Ya piensa que el año próximo pueda seguir habiendo recortes?

-Ahora mismo sólo pienso en que todo salga bien esta edición.

-¿Cuál es público objetivo del festival?

-Así como hace unos años sí se podía encontrar una etiqueta, ahora mismo tenemos un público muy heterogéneo. Hay gente que a lo mejor no es habitual del cine de autor, pero que al final le gusta cómo se le presenta en el FICXixón y acude. Le diría al público que sólo hay que liberarse de prejuicios, que en el festival va a encontrar películas a la medida del tipo de cine que a ellos les guste y que es un certamen mucho más abierto y heterogéneo de lo que parece. Que se aventuren y circulen por las salas. A partir de ahí, repetirán seguro.

-¿Qué diferencia el festival de Gijón del resto?

-Los festivales estamos enraizados en la ciudad donde se celebra; por tanto, cada certamen debe tener una personalidad muy propia acorde con el lugar en el que se encuentra. Nuestra apuesta es intentar promover la cercanía entre productores, realizadores, actores, público y críticos. Que haya un intercambio de información del que el espectador pueda sacar puntos de interés, y también los profesionales. Vamos a tener hasta 74 encuentros y presentaciones con directores, y no es la primera vez que surgen proyectos cinematográficos en reuniones de este tipo.

-¿Cree que esto ayudará a reforzar la industria cinematográfica en Asturias?

-Si por industria entendemos algo más que rodajes aislados de gente que tiene ya una carrera en marcha, no creo que exista. Hay que sentarse y hablar de cuál es el momento actual de los realizadores asturianos, porque buena parte de los proyectos regionales que están en el festival es de francotiradores. Hechas de manera libre, gracias buenas ideas y nuevas tecnologías.

-Algunos de ellos participarán en el ciclo del «Día D'Asturies».

-Nuestro apoyo a los trabajos regionales es algo que viene sucediendo desde siempre, por eso existe el premio «Día D'Asturies». Este año hubiera deseado darle un vuelco a la organización de este día en colaboración con la Film Commission del Principado, pero al final no hemos llegado a un acuerdo. Quizás esa sea nuestra asignatura pendiente para la próxima edición, en la que me gustaría lograr que haya una jornada en la cual la industria regional sea protagonista.

-¿De qué se siente más orgulloso hasta el momento?

-No sólo yo, sino el propio Ayuntamiento, deberíamos estar muy orgullosos del equipo que saca adelante el Festival. Todos empujan más allá de lo que se les pide.

-La competición estará entre las secciones «Rellumes» y oficial. ¿Cuál es el criterio de ambas?

-A medida que un festival crece y se consolida, tendemos a tener en la sección oficial películas más sólidas que vienen de otros certámenes, como Venecia o Berlín. Eso nos hace correr el peligro de perder cierta frescura, por eso el año pasado nos inventamos «Rellumes», que es un poco la zona de descanso. Me explico: son filmes no tan redondos, no tan perfectos, pero que a los espectadores les pueden decir otras cosas. Ésos son los dos pilares. Al lado de ellos está «Enfants terribles», dedicado a un público joven y en el que habrá talleres, una guía didáctica y encuentros. Además también habrá homenajes a cineastas como Eugcne Green, Kim Loginotto y Reynold Reynolds. Insisto, es un festival muy abierto y heterogéneo.

Pulsa para ver más contenido para ti