Algo así como un juego de trileros para mantener la audiencia. Eso es lo que denuncian los telespectadores que está haciendo con Antena 3. Aquí la bola es el desenlace de "Mi hija" y el engaño se juega con la nueva apuesta de la cadena para las noches del os domingos: la también ficción otomana "Infiel".

La táctica empleada por Antena 3 es la siguiente: tiene a buena parte de la audiencia en ascuas, esperando para ver el desenlace de "Mi hija". Hasta hace unas semanas, "Mi hija" se emitía a las 22.00 horas del domingo, en prime time. Si bien, en las últimas tres semanas el canal ha optado por dar un giro: a las 22.00 pone "Infiel", su nueva apuesta, y luego pasa "Mi hija".

¿Qué pretenden con eso? Los telespectadores lo tienen claro: tener pegados a la pantalla a los espectadores y engancharles a "Infiel" para que, cuando se acaben los capítulos de "Mi hija" no se vayan a otro canal.

"Es una jugada. Quitan 'Mi hija' para que veamos esto. Esta serie es un culebrón más. Y aprovechan la audiencia de 'Mi hija' y nos obligan a ver el culebrón. Esto está mal", lamentan algunos seguidores de las series, en una clara crítica a la estratagema de Antena 3.

"Mi hija" ha gozado de gran éxito en las pequeñas pantallas de Turquía, pero también en la de muchos países europeos y sudamericanos. Pese a ello, no parece que el proyecto vaya a retomarse.

"Mi hija" es solo una más de la lista de éxitos televisivos de la industria audiovisual turca. Y es que el país otomano se ha destacado como una de las grandes exportadores de la industria cinematográfica y televisiva del mundo. Es, de hecho, el segundo del mundo que más vende fuera de sus fronteras, sólo por detrás de Estados Unidos.

Los países del Mediterráneo y Sudamérica son los principales consumidores de este sectorEspaña no es ajena a estos éxitos. En la pequeña pantalla española han triunfado títulos como "Mujer", o "Erkenci Kus", esta última con el galán turco Can Yaman, sin duda una de las grandes estrellas del panorama otomano.

El éxito de Can Yaman en España ha sido tal, que cuando visitó el país en 2019 tuvo que ser escoltado en todo momento por la Policía, pues las hordas de fans que le seguían a todas partes le impedían llegar a sus compromisos con total normalidad.