La decimotercera edición de Gran Hermano -Gran Hermano 12+1, debido a las supersticiones con el número 13-, fue una de las ediciones más vistas de la historia del reality más famoso de la historia de Telecinco. Duró 133 días, y el ganador permaneció dentro de la casa hasta el último momento. Estamos hablando de Pepe Flores, que ahora tiene 39 años. Era bailarín, malagueño, y un auténtico personaje. Ahora acaba de ser padre con su novia desde aquel entonces, la modelo Marina Pérez. El malagueño consiguió alzarse con el ansiado premio de 300.000 euros, dinero con el que montó una compañía de baile.

Sin embargo, no todo fue bueno en la vida de Flores. En junio del año 2015, el Juzgado de lo Penal número 3 de Granada lo condenaba a un año de prisión por intentar agredir y amenazar a una enfermera del Hospital Clínico de Granada en el que su madre permanecía ingresada.

Los hechos habían sucedido dos años antes, cuando la enfermera que daba la medicación a su madre tuvo que escuchar unas desagradables palabras de boca del artista: "¿Qué pasa, guapa? Esta tarde me comes la p...", mientras le indicaba con la mano para entrar en una habitación con él. La enfermera se negó, acto por el que Pepe la amenazó: "Te vas a enterar cuando salgas". La enfermera, asustada, llamó a la policía y avisó al personal del hospital.

Ya en el juicio, la enfermera alegó que habría sufrido un rebrote de una enfermedad psicológica depresiva por culpa de aquellos hechos y el bailarín la acusó de injurias. La sanitaria fue absuelta y Flores fue condenado a 1 año de prisión y a pagar 1.000 euros de daños morales. Sin embargo, Flores parece ahora una persona nueva, y presume de familia en sus redes sociales.