Isabel Pantoja llega a Madrid por una puerta especial para evitar el contacto con más personas y disfrutar así de la intimidad que siempre reclama en sus viajes. Con un mono de color negro y sus inseparables gafas de sol, Isabel no dudó en saludar a los medios que estaban allí presentes, evitando cualquier tipo de polémica en referencia a Irene Rosales y su hijo Kiko Rivera.