Suena una música sensual y la protagonista posa como una auténtica diva de las pasarelas. Un reproductor mp3 de última generación incrustado en un botijo le pone la banda sonora a un anuncio inspirado en los de las tiendas de moda más exclusivas. Aunque en esta ocasión la modelo es una anciana, luce gafas de sol de 1953, madreñas, toquilla negra y pololos mientras ceba a les pites y lanza sugerentes miradas desde un asiento de balas de paja.

Así empieza uno de los pequeños grandes éxitos de Youtube, un anuncio de una marca de conservas que lleva por título, al menos en el famoso portal audiovisual, «Fabes are sexy». La cabaña de piedra y el paraje rural se convierten en el entorno ideal para volver aún más divertido un reclamo publicitario en el que todo parece estar fuera de lugar y encajar a la vez.

Esta abuela, protagonista de estos anuncios, ya había demostrado en otras ocasiones sus dotes como arriesgada conductora de todoterrenos, capaz de llegar a servir un plato de fabes bajo cualquier circunstancia, pero ahora se lanza sin ningún tipo de pudor a intentar seducir al espectador. ¿Sexo o fabes? Quién dijo que había que separar: todo junto, mejor que mejor.