Niños, padres, abuelos, primos, tíos y otros miembros de tres generaciones distintas de una familia asturiana, los Corominas, disfrutaron durante el pasado sábado de una reunión de lo más numerosa.

Los Corominas se reúnen cada año por estas fechas para disfrutar de una comida en buena compañía junto a más de un centenar de allegados. Se trata de una tradición que comenzaron hace años en Segovia, pero que en los últimos tiempos han pasado a celebrar en Villahormes, una pequeña localidad a diez kilómetros de Llanes.

La peculiaridad de este acontecimiento se encuentra en la gran cantidad de invitados. Bernardo Corominas explica: "Somos una familia muy numerosa. Este año somos unas 105 personas, y eso que al menos unos 60 parientes no han podido acudir este año por diversas razones".

Con una agradable tarde de verano como marco, la familia Corominas se citó para un nuevo reencuentro el próximo año.